MADRID 22 Mar. (EUROPA PRESS) -
Una investigación del Gobierno de Sudán del Sur ha concluido este jueves que el periodista británico-estadounidense Christopher Allen murió "en fuego cruzado" durante los combates en el estado de Equatoria Central, cerca de la frontera con Uganda, hace casi siete años, en agosto de 2017.
"Murió accidentalmente como resultado de un fuego cruzado. El ataque se produjo a las 5.30 horas (hora local), cuando la visibilidad era extremadamente limitada. Solo después de que las fuerzas atacantes fueran repelidas, los soldados realizaron una evaluación de los daños y descubrieron entre los siete cadáveres a un hombre blanco", ha explicado el jefe del comité de investigación, David Charles Ali Bilal.
Allen ingresó ilegalmente al país y no estaba acreditado ante la Autoridad Nacional de Medios, ha señalado Charles. "El Ministerio del Interior (...) nos informó de que en sus documentos no había registro de que alguien llamado Christopher Allen hubiera ingresado a Sudán del Sur. Se pusieron en contacto con todos los agentes fronterizos de todo el país, pero no había rastro de tal individuo", ha explicado.
El jefe del comité investigador ha indicado que han reunido información a través de entrevistas con testigos tanto en la capital, Yuba, como en Kaya, lugar donde tuvieron lugar los hechos. También utilizaron evidencia fotográfica y en vídeo durante la investigación, según ha recogido Radio Tamazuj.
El ministro de Exteriores, James Pitia Morgan, ha elogiado los esfuerzos del comité: "Nuestro Gobierno ha sido culpado injustamente por este incidente y personas en posiciones de autoridad han sido atacadas injustamente. Sin embargo, las pruebas recopiladas por este equipo son encomiables y les expreso mi agradecimiento", ha afirmado.
El periodista independiente, que tenía 26 años, recibió un disparo en la cabeza mientras cubría los enfrentamientos entre el Ejército sursudanés y el Movimiento de Liberación del Pueblo de Sudán-En Oposición (SPLA-IO). Después de años de presión internacional pidiendo que se investigara su asesinato, en octubre de 2023 el Gobierno sursudanés anunció que iniciaría una pesquisa.
Las autoridades han negado repetidamente haberle atacado, si bien se encontraba empotrado con las fuerzas rebeldes durante el conflicto. En este sentido, el ministro de Información, Michale Makuei, que anteriormente había descrito a Allen como "rebelde blanco", ha declarado que "el informe confirma" que su "condición" como periodista "era cuestionable". "Entró ilegalmente y se unió a la rebelión", ha zanjado.
Reporteros Sin Fronteras (RSF) ha trabajado en los últimos años con la familia de Allen en una campaña global para pedir justicia por su asesinato, pidiendo repetidamente investigación y justicia. Sudán del Sur ocupa el puesto 118 entre 180 países en la Clasificación Mundial de Libertad de Prensa del organismo.