MADRID, 16 Jul. (EUROPA PRESS) -
El Gobierno autoproclamado en Libia, con sede en Trípoli, ha expresado este miércoles su rechazo a los planes de Túnez para construir un muro en la frontera común con el objetivo de evitar la entrada de terroristas y armamento al país.
"Toda medida a garantizar la seguridad en la frontera entre los dos países debe ser objeto de consultas bilaterales, ya que ninguna decisión unilateral puede garantizar la seguridad", ha indicado a través de un comunicado.
En el mismo, las autoridades de Trípoli ha reclamado a Túnez que "se coordine y dialogue", según ha informado la emisora Radio France Internationale. Túnez mantiene unas relaciones tensas con el Gobierno autoproclamado, no reconocido por la mayoría de la comunidad internacional.
El primer ministro de Túnez, Habib Essid, indicó la semana que viene que está previsto que la construcción del muro, que cubriría alrededor de un tercio de la frontera entre Túnez y Libia, sea finalizada antes de que acabe el año.
"El muro tiene como objetivo apoyar a las fuerzas de seguridad en la frontera y evitar la entrada de terroristas y armamento", apuntó, agregando que contará con puntos de vigilancia y de registro electrónico.
El anuncio fue formulado pocos días después de que el presidente tunecino, Beji Caid Essebsi, declarara el estado de emergencia para dar a su Gobierno más autoridad tras el ataque islamista del pasado 26 de junio contra un hotel de playa, donde murieron 38 turistas extranjeros, la mayoría británicos.
La ley de emergencia permite al Gobierno más flexibilidad ejecutiva temporalmente, otorga al Ejército y a la Policía más autoridad y restringe ciertos derechos como el de reunión.
El ataque en la playa turística de Susa se produjo semanas después del asalto al Museo del Bardo, en marzo. Se trata de dos de los peores atentados en la historia moderna de Túnez, que suponen una acuciante amenaza para la industria del turismo, esencial para la economía del país.
Las autoridades tunecinas dicen que los tres hombres armados en ambos ataques habían sido formados a la vez al otro lado de la frontera, en campos de entrenamiento libios, donde el conflicto entre los dos gobiernos rivales ha permitido ganar terreno al yihadismo.
La última vez que Túnez declaró el estado de emergencia fue en 2011, durante la revuelta contra el autócrata Zine el Abidine ben Alí, quien abandonó el país en enero de ese año y quien reside desde entonces en Arabia Saudí.