Actualizado: lunes, 14 noviembre 2016 14:22

TRÍPOLI/TÚNEZ 14 Nov. (Reuters/EP) -

El Gobierno de Unidad Nacional en Libia ha nombrado a un ministro y un viceministro de Finanzas, en un intento por desbloquear los fondos del Banco Central libio y mejorar las perspectivas económicas del país norteafricano.

Sin embargo, el nombramiento de estos dos responsables ministeriales podría afrontar el rechazo de los dirigentes del este de Libia, toda vez que no han sido aprobados por el Parlamento de Tobruk, que no reconoce la autoridad del Ejecutivo impulsado por Naciones Unidas.

El Ejecutivo de Unidad Nacional lleva intentando hacerse con el control de los fondos económicos desde que se instaló en Trípoli en marzo de 2016 y está afrontando dificultares para poner fin al conflicto y evitar la quiebra económica.

El Consejo Presidencial, la máxima representación del Gobierno de Unidad, ha dicho en un comunicado que ha nombrado ministro de Finanzas a Osama Salé, alineado con las facciones del este, y a Abubakr al Jabal como veceministro. Además, ha designado a los viceministros de Asuntos Exteriores y de Gobierno Local.

Los nombramientos de responsables ministeriales llegan después de una reunión internacional celebrada en octubre en Londres para intentar zanjar las disputas entre el Gobierno de Unidad y el Banco Central de Libia e impedir que el país sufra una mayor crisis económica.

Al Jafal tendrá un papel clave como contacto entre el Consejo Presidencial y el Banco Central de Libia, que es la entidad que puede ayudar a abonar los pagos atrasados y las deudas, según han contado fuentes diplomáticas conocedoras de las últimas negociaciones. Todavía se desconoce cómo se afrontará esta coyuntura económica.

Durante la reunión de Londres, el Banco Central de Libia acordó poner a disposición del Ejecutivo de Trípoli un total de 8.600 millones de dinares (unos 5.650 millones de euros), incluidos 5.000 millones de dinares para salarios públicos, 800 millones de dinares para créditos de electricidad y 600 millones de dinares para la Corporación Nacional del Petróleo, según ha explicado la Oficina de Auditoría de Libia.

Las facciones del este de Libia, que han rechazado la reunión de Londres por considerar que no les ha tenido en cuenta, respaldan a una filial rival del Banco Central de Libia en Trípoli que recibe los ingresos del petróleo, que supone casi la totalidad de los fondos libios.

La producción del petróleo se ha doblado hasta alcanzar los cerca de 600.000 barriles de crudo desde septiembre, después de que las fuerzas leales al general Halifa Jaftar se hicieran con el control de los puertos de la Corporación Nacional del Petróleo y ordenaran su reapertura.

Sin embargo, la producción continúa estando lejos de los 1,6 millones de barriles de petróleo que tenía Libia en 2011 y los beneficios actuales se consideran como insuficientes si no se cierra un acuerdo p*lítico.

El Gobierno de Unidad Nacional, nacido de un acuerdo firmado en diciembre de 2015 con el apoyo de Naciones Unidas, tiene como objetivo erigirse como el Ejecutivo legítimo del país poniendo fin a los dos gabinetes enfrentados en Trípoli y en el este de Libia.

Hasta la fecha, no ha logrado garantizar la seguridad ni ganarse el respaldo de las facciones enfrentadas ni tampoco ha solucionado la difícil coyuntura económica. Un grupo de mediadores convocados por Naciones Unidas pidió el viernes pasado al Parlamento de Tobruk que ratifique el acuerdo del Gobierno de Unidad Nacional y que respalde al Consejo Presidencial para mejorar su gestión y sus perspectivas.

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