MADRID, 9 Ago. (EUROPA PRESS) -
El ministro de Interior de Kenia, Fred Matiangi, ha urgido a la población a seguir con su rutina diaria después de que el líder opositor, Raila Odinga, haya denunciado este miércoles un fraude "masivo" en las elecciones presidenciales del pasado martes que, según resultados oficiales, ha vuelto a ganar el actual mandatario, Uhuru Kenyatta.
"Quiero asegurar a nuestros conciudadanos que nuestro país es seguro (...) Les garantizo que pueden seguir con su rutina diaria", ha dicho Matiangi, en declaraciones recogidas por el diario keniano 'The Standard'.
Matiangi ha aprovechado para desmentir que haya "disturbios" en algunos puntos del país y ha atribuido estos "rumores" a una "agresiva actividad" en las redes sociales. "No es verdad", ha sostenido.
Sin embargo, testigos consultados por la agencia de noticias Reuters y las imágenes procedentes de Kisumu, una ciudad portuaria del este de Kenia, confirman que se han producido enfrentamientos entre Policía y manifestantes.
Un centenar de personas se han concentrado en Kisumu en apoyo al candidato opositor. "Si no hay Raila, no ha paz", han gritado. Han levantado barricadas incendiadas y los agentes antidisturbios han respondido con gases lacrimógenos.
Odinga ha denunciado en una rueda de prensa celebrada este miércoles en Nairobi que el sistema informático de la Comisión Electoral ha sufrido un ciberataque que ha permitido manipular las datos de los comicios del 8 de agosto.
Por ello, el disidente keniano ha rechazado los resultados oficiales, que sitúan a Kenyatta con una ventaja de once puntos porcentuales, con un 55 por ciento de los sufragios, frente al 44 por ciento de Odinga.
Odinga ha considerado que estas elecciones no son válidas y ha exigido a Kenyatta que renuncie, tal como hizo en las últimas votaciones, en 2013, aunque entonces no tuvo éxito.
El candidato opositor ha hecho un llamamiento a la calma, si bien al mismo tiempo ha subrayado que no puede controlar a su "gente", lo que hace temer un nuevo estallido de violencia.
En 2007, cuando Odinga perdió frente al entonces presidente, Mwai Kibak, la violencia postelectoral se saldó con más de mil muertos y 600.000 desplazados en apenas dos meses.