La tregua podría extenderse hasta finales de este año en el comienzo de un proceso de paz de tres años de duración con mediación de la ONU
MADRID, 7 Abr. (EUROPA PRESS) -
El Gobierno de Yemen y la insurgencia huthi están ultimando una nueva tregua que podría servir de posible prolegómeno a un "acuerdo integral de paz" en el país, según han asegurado en las últimas horas fuentes próximas a las negociaciones, bajo condición de anonimato, a varios medios árabes.
La primera parte de este proceso comenzaría con la declaración de una nueva tregua hasta finales de 2023, de acuerdo con el portal Al Araby al Jadeed, que iría acompañada de una relajación de las restricciones de los vuelos a la capital, Saná, bajo control de la insurgencia desde el comienzo del conflicto a finales de 2014, la reanudación de las exportaciones de crudo y reapertura total de las carreteras del país.
Gobierno y huthis ya acordaron en abril del año pasado un alto el fuego que contribuyó a un descenso significativo de la violencia durante la mayor parte de 2022. Aunque la tregua no fue prorrogada en octubre, la tensa calma perduró durante los meses siguientes, pero un nuevo repunte de las hostilidades desde febrero ha desatado el temor a una reactivación del conflicto.
Esta nueva tregua funcionaría como prólogo de un acuerdo integral de paz que, según fuentes yemeníes al diario Asharq Al Awsat, funcionaría bajo los auspicios de Naciones Unidas y supondría una continuación de los aspectos acordados en el nuevo alto el fuego e incorporaría además otros dos factores cruciales: la unificación de las instituciones del dividido país y el intercambio total de prisioneros de guerra entre ambos bandos.
Este proceso se desarrollaría en tres fases de seis meses, tres meses y dos años de duración y en el mismo también estarían implicados Arabia Saudí e Irán como los dos grandes aliados internacionales del Gobierno yemení y los insurgentes huthis, respectivamente, así como Omán, país que ha ejercido de mediador habitual durante las conversaciones entre ambos bandos.
La guerra en Yemen ha terminado por hundir al que era uno de los países más pobres del mundo en la peor catástrofe humanitaria en la actualidad, según Naciones Unidas. Más de 21 millones de yemeníes (dos terceras partes de la población) necesitarán ayuda humanitaria este año y de ellos 17 millones deberán recibirla con carácter urgente para sobrevivir.
El conflicto ha dejado casi 380.000 fallecidos, bien por los combates o por el hambre y las enfermedades; más de 85.000 de ellos niños, a los que hay que sumar cuatro millones de desplazados, según los datos que barajan las agencias de la ONU.