DUBÁI 8 Feb. (Reuters/EP) -
El Gobierno yemení ha negado que haya retirado el permiso a Estados Unidos para atacar a Al Qaeda en su territorio, si bien ha expresado su preocupación a las autoridades norteamericanas por el asalto de un comando estadounidense que acabó con la vida de varios civiles.
El asalto nocturno realizado en la provincia de Al Bayda, aprobado por el nuevo presidente de Estados Unidos, Donald Trump, derivó en un tiroteo en el que murió un militar del grupo de élite SEAL de la Marina estadounidense y una aeronave estadounidense acabó destrozada. Médicos locales han denunciado que murieron varias mujeres y niños en el asalto.
"No hemos retirado nuestro permiso para que Estados Unidos lleve a cabo misiones terrestres de operaciones especiales. No obstante, hemos dejado claras nuestras reservas sobre la última operación", ha afirmado un responsable gubernamental yemení, en declaraciones a Reuters.
"Dijimos que en el futuro tiene que haber más coordinación con las autoridades yemeníes antes de cualquier operación y que tiene que haber consideración por nuestra soberanía", ha añadido. Esta versión ha sido confirmada por otro responsable yemení.
Fuentes de Defensa estadounidenses han dicho que están investigando las informaciones de víctimas civiles en el ataque y el portavoz de la Casa Blanca, Sean Spicer, dijo el martes que el objetivo era recabar información y fue "altamente exitosa".
El Gobierno yemení ha apoyado la campaña de Estados Unidos contra Al Qaeda en la Península Arábiga (AQPA) durante más de una década. Decenas de ataques con drones, incrementados bajo la presidencia de Barack Obama, han matado a altos cargos del grupo terrorista, pero también a civiles.
Pero el ataque de un comando el 29 de enero fue el segundo terrestre reconocido públicamente por las fuerzas estadounidenses en Yemen, después de un intento fallido en 2014 para rescatar a dos rehenes de Al Qaeda en ambos murieron.