UAGADUGÚ, 7 Oct. (Reuters/EP) -
El Gobierno de Burkina Faso ha cifrado en más de 50 millones de dólares el coste que el golpe de Estado ha tenido para el país africano en lucro cesante (beneficios que ha dejado de obtener).
"El Ministerio de Economía y Finanzas calcula que las pérdidas en impuestos son de 18,90 millones de dólares y en aduanas unos 16,6 millones de dólares. En total unos 52,93 millones de dólares", ha dicho a Reuters el titular de esta cartera, Jean Gustave Sanon.
Interrogado sobre las consecuencia de la intentona golpista a largo plazo, el ministro ha estimado que afectará en un 0,3 por ciento el crecimiento económico de este año, recortando las previsiones del seis al cuatro por ciento.
La vida económica de Burkina Faso está prácticamente paralizada desde el levantamiento de la Guardia Presidencial. Bancos, comercios y empresas llevan cerrados unos diez días sin que la gente pueda ir a trabajar.
Miembros de la guardia presidencial liderados por el general Gilbert Diendéré irrumpieron el 16 de septiembre en una reunión de Gobierno y tomaron como "rehenes" al presidente, Michel Kafando, al primer ministro, Yacouba Isaac Zida, y al resto del Gabinete.
Diendéré se hizo con el poder con el argumento de que había que evitar la "desestabilización" del país en un momento en el que se vivía una "grave situación de inseguridad" de cara a las elecciones generales del próximo 11 de octubre.
En un primer paso, la guardia presidencial accedió a liberar a Kafando y al Gobierno, al tiempo que aceptó la mediación de la Unión Africana (UA) y de la CEDEAO para restaurar el Gobierno interino de Burkina Faso lo antes posible.
Diendéré anunció su disposición a "entregar el poder a las autoridades civiles de transición tras un acuerdo definitivo de salida de la crisis bajo la égida de la CEDEAO" y "ante la gravedad de la situación de seguridad caracterizada por el riesgo de guerra civil".
Sin embargo, la guardia presidencial se negó a desarmarse, lo que obligó a desplegar a las Fuerzas Armadas en la capital haciendo temer un estallido de violencia que empujó a los líderes regionales a desplazarse hasta Uagadugú para mediar.
Finalmente, los golpistas de la guardia presidencial accedieron a devolver el poder al Gobierno interino en un gesto que Kafando atribuyó al "clamor nacional" y a la "reprobación internacional" contra "los usurpadores".
LA SOMBRA DE COMPAORÉ
La guardia presidencial es leal a Blaisé Compaoré, que abandonó el poder el año pasado tras las multitudinarias protestas por sus planes de reformar la Constitución para prolongar su mandato. Kafando había asumido la Presidencia interina hasta el 11 de octubre.
El golpe de Estado tuvo lugar días después de que una comisión encargada de presentar propuestas de reformas al Gobierno interino plantease desmantelar la guardia presidencial al considerar que es "un ejército dentro del Ejército".