BRUSELAS, 27 Ene. (EUROPA PRESS) -
El ministro de Migración griego, Yannis Mouzalas, ha acusado a su colega belga de proponer, en una reunión de la Unión Europea centrada en la crisis de refugiados, tomar medidas para hacer retroceder a los inmigrantes "hasta el mar" y asegurar que no le importaba si por ello "se ahogan".
En una entrevista a la cadena británica BBC, Mouzalas asegura que "el belga dijo 'ir en contra de la ley', dijo 'lo siento, no me importa si los ahogan, quiero hacerlos retroceder'".
El ministro griego no menciona el nombre de su interlocutor belga, pero sitúa la conversación en la reunión que los responsables de Interior y Justicia de la UE mantuvieron este lunes y martes en Ámsterdam, a la que asistió en nombre de Bélgica el secretario de Estado de Asilo y Migración belga, el nacionalista flamenco Theo Francken.
Los Veintiocho acordaron en esa reunión dar el primer paso para prorrogar hasta dos años los controles que ya aplican de manera temporal siete Estados miembros en sus fronteras interiores, pese a ser una medida que el código de fronteras Schengen limita a situaciones graves y excepcionales.
Esta medida responde al deseo de los países de la UE de contener el flujo masivo de refugiados y la llegada de inmigrantes irregulares, al tiempo que elevan la vigilancia contra el auge de la amenaza terrorista.
Las dificultades de Atenas para controlar sus fronteras, principal puerta de entrada a la UE para estos inmigrantes, fue una de las claves de la discusión, en la que varios Estados miembros abogaron por expulsar a Grecia del espacio de libre circulación Schengen, entre ellos el belga Francken, según han indicado a Europa Press fuentes europeas.
DESMENTIDO BELGA
Francken ha reaccionado a las acusaciones en un comunicado difundido el miércoles a través de la agencia Belga, en el que el responsable de Inmigración belga niega haber pronunciado esas palabras.
"En ningún caso he instado a mi colega griego a hacer retroceder los migrantes aunque se ahoguen. Lamento profundamente esas declaraciones grotescas", ha declarado.
Francken sostiene en el comunicado que Bélgica es un país "respetado", con altos estándares en materia de Derechos Humanos y en la acogida y protección de los demandantes de asilo.
Además, ha recalcado que la polémica provocada por su colega heleno coincide con un momento en el que Grecia "se encuentra cada vez más aislada en el debate europeo sobre migración".