MADRID, 7 Dic. (EUROPA PRESS) -
El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, y el primer ministro de Grecia, Kyriakos Mitsotakis, han acordado este jueves retomar las buenas relaciones entre Ankara y Atenas, estableciendo además una hoja de ruta para marcar el inicio de una nueva era entre dos países aliados de la OTAN pero con disputas históricas.
"No hay ningún problema entre nosotros que sea irresoluble. Siempre y cuando nos centremos en el panorama general y no acabemos siendo como aquellos que cruzan el mar y se ahogan en el río", ha explicado el presidente Erdogan en rueda de prensa tras reunirse con Mitsotakis en la capital griega.
Asimismo, el mandatario turco ha abogado por resolver las disputas entre ambos países a través de "un diálogo constructivo, buena vecindad y esfuerzos conjuntos dentro del marco del derecho internacional". Así, Erdogan ha destacado las disputas en el mar Egeo y el Mediterráneo oriental.
Por otro lado, Erdogan ha abogado por "una solución justa, permanente y sostenible" para la situación en Chipre --isla dividida en sur y norte, donde se sitúa la República Turca del Norte de Chipre, de reconocimiento limitado-- y que "beneficie a toda la región", recoge la agencia turca Anatolia.
Por su parte, Mitsotakis ha señalado que "la geografía y la historia han dictado" que Grecia y Turquía convivan "en el mismo barrio", y ha señalado que siente la responsabilidad de "aprovechar esta oportunidad" para acercar ambos países tanto como lo están sus respectivas fronteras.
Grecia y Turquía han protagonizado un constante desacuerdo a lo largo de las últimas décadas sobre cuestiones territoriales y la disputa sobre la soberanía de varias de las islas en el Mediterráneo occdidental, así como los recursos hídricos, recuerda el diario griego 'Kathimerini'.
Las tensiones han escalado en varias ocasiones a lo largo de los últimos años --con especial mención a las disputas de la década de los 90-- lo que en ocasiones ha despertado el temor de un conflicto interno en el seno de la Alianza Atlántica, de la que ambos países forman parte.
Sin embargo, el devastador terremoto que sufrieron zonas del centro y el sur de Turquía el pasado mes de febrero --con más de 51.000 muertos y 107.000 heridos-- sirvió para un acercamiento de posturas gracias a la solidaridad mostrada por Grecia, que al poco de conocerse la tragedia envió ayuda humanitaria y de rescate.