WASHINGTON, 30 Nov. (Reuters/EP) -
Un grupo de Derechos Humanos contratado por el Departamento de Estado norteamericano para entrevistar a refugiados como parte de una investigación sobre las atrocidades contra los musulmanes rohingya en Birmania ha afirmado que existen bases razonables para concluir que se cometió un genocidio, a pesar de que el Gobierno de Estados Unidos ha dejado de decirlo.
Un informe que será publicado este lunes por el Grupo de Derecho y Política Internacional Públicos (PILPG, según sus siglas en inglés), con sede en Washington, también asegura que hay una base razonable para concluir que los militares de Birmania cometieron crímenes de lesa humanidad y crímenes de guerra, así como genocidio.
Un informe del Departamento de Estado norteamericano publicado en septiembre, que se basó en la investigación del PILPG, halló que los militares de Birmania llevaron a cabo un campaña "bien planificada y coordinada" de asesinatos en masa, violaciones y otras atrocidades contra los rohingya.
Sin embargo ha dejado de describir la represión como genocidio o crímenes de lesa humanidad, un asunto que, según funcionarios estadounidenses, fue el feroz debate interno que retrasó la implementación del informe durante casi un mes.
Una declaración de genocidio por parte del Gobierno de Estados Unidos, que solo ha llegado a etiquetar la represión como "limpieza étnica" podría tener implicaciones legales y comprometer a Washington con medidas punitivas más fuertes contra Birmania. Esto ha hecho que algunos dentro de la Administración del presidente estadounidense, Donald Trump, desconfíen en emitir tal evaluación.
PILPG anunció este jueves que revelaría que "existe una base razonable para concluir que se cometieron crímenes de guerra, crímenes de lesa humanidad y genocidio contra la población rohingya".
PILPG se ha basado en su informe en más de 1.000 entrevistas a refugiados rohingya que huyeron a Bangladesh. El grupo ha señalado que su misión se llevó a cabo en marzo y abril "para proporcionar un informe preciso de los patrones de abuso y crímenes de atrocidad".
El informe del Departamento de Estado de septiembre se publicó de manera discreta casi un mes después de que los investigadores de Naciones Unidas publicaran un informe acusando a los militares de Birmania de actuar con "intención genocida" y pidiendo que el comandante en jefe del país y cinco generales fueran procesados conforme al derecho internacional .
Los funcionarios del Departamento de Estado subrayaron que el objetivo de la investigación del Gobierno de Estados Unidos no era determinar el genocidio sino "documentar los hechos", y dependería del Secretario de Estado, Mike Pompeo, hacer una designación "legal" en el futuro.
Pompeo ha instado al Gobierno de Birmania a investigar los abusos contra los rohingya y responsabilizar a los miembros de sus fuerzas de seguridad y otros.
Un alto funcionario del Departamento de Estado recalcó que en septiembre los responsables podrían ser enviados a la justicia por genocidio y crímenes de lesa humanidad.
El Ejército de Birmania, donde el budismo es la religión principal, ha negado las acusaciones de limpieza étnica y dice que sus acciones fueron parte de una lucha contra el terrorismo.