RANGÚN 9 Feb. (Reuters/EP) -
Un pequeño grupo de manifestantes ha recibido con protestas este jueves en Birmania a un barco de Malasia que contenía ayuda humanitaria destinada al estado de Rajine, donde viven muchos miembros de la minoría musulmana rohingya.
El barco atracó a las afueras de Rangún, donde debía descargar 500 toneladas de comida y suministros de emergencia. El envío de ayuda de Malasia, país de mayoría musulmana, ha provocado la oposición de Birmania, que es de mayoría budista, donde los rohingya son considerados como inmigrantes ilegales de Bangladesh.
Este jueves, un grupo de monjes budistas y nacionalistas se han manifestado frente a la terminal portuaria donde atracó el barco con carteles en los que rechazaban el término rohingya, el cual usan la mayoría de los musulmanes del norte del estado de Rajine para describirse y que Birmania rechaza.
"No nos importa que quieran ayudar a personas que están sufriendo", ha asegurado a Reuters uno de los monjes budistas. "Pero no queremos que se aproveche políticamente la denominación de rohingya. La palabra rohingya no existe", ha añadido.
Birmania ha criticado en varias ocasiones a Malasia por la crisis del estado de Rajine, que estalló tras los ataques producidos por milicianos rohingya en la frontera con Birmania en octubre de 2016, donde murieron 9 policías.
Al menos 69.000 rohingyas han huido de Birmania hacia Bangladesh en los últimos cuatro meses debido a la represión de las fuerzas de seguridad.
Los refugiados han informado a periodistas, grupos defensores de Derechos Humanos e investigadores de Naciones Unidas de que las tropas han quemado pueblos e incluso han disparado, pegado y violado a civiles. El Gobierno de Birmania, liderado por el premio Nobel Aung San Suu Kyi, ha negado las acusaciones y ha asegurado que muchas han sido inventadas.
Los grupos musulmanes y las organizaciones de ayuda humanitaria encargadas del envío de alimentos, entre otras cosas, querían entregar los suministros directamente a los rohingya del estado de Rajine, pero fueron forzados a entregarlo a través del Gobierno birmano en Rangún.
Birmania ha sido criticada por obstaculizar el trabajo de varias organizaciones, entre ellas el Programa Mundial de Alimentos de la ONU, que trata de alimentar a aquellas personas que se encuentran en zonas donde los índices de malnutrición eran altos antes de que comenzara el conflicto.