MADRID, 3 Abr. (EUROPA PRESS) -
El Movimiento 23 de marzo (M23), uno de los grupos rebeldes más importantes de República Democrática del Congo, ha declarado un alto el fuego unilateral para apaciguar la tensión en el territorio de Rutshuru, donde los combates de los últimos días han provocado un éxodo de la población a Uganda.
"Fiel a su política de resolución pacífica de crisis, se declara un alto el fuego unilateral para permitir que las autoridades de la RDC inicien un diálogo para una salida pacífica de la crisis que nos enfrenta a las Fuerzas Armadas congoleñas y al Gobierno desde hace más de una década", según un comunicado del grupo recogido por el 'Uganda Mirror'.
El grupo, también conocido como el Ejército Revolucionario Congoleño, ha asegurado que se ha retirado de lugares recientemente conquistados en Tchanzu, Runyoni y Ndiza para "retroceder a posiciones defensivas" y dar una oportunidad a las negociaciones
"Así será más fácil identificar a quien decida reiniciar el conflicto", según el comunicado de las milicias, donde se apunta que el alto el fuego ha comenzado a última hora del pasado viernes.
"Sin embargo", concluye la nota, "el Ejército Revolucionario Congoleño se reserva el derecho de tomar represalias vigorosas en caso de nuevas operaciones de guerra".
El representante del organismo en Uganda, Joel Boutroue, ha indicado que "cerca de 10.000 personas", entre ellos miles de niños, han llegado al distrito de Kisoro "tras huir de los violentos enfrentamientos que arrancaron el 28 de marzo en RDC". El epicentro de los mismos es el territorio de Rutshuru, a ocho kilómetros de la frontera.
El M23 ha sido acusado desde noviembre de 2021 de llevar a cabo ataques contra posiciones del Ejército en esta zona del país, a pesar de que procedió a su desmovilización hace más de ocho años tras combates con el Ejército.
Las autoridades congoleñas y el M23 firmaron en diciembre de 2013 un acuerdo de paz tras los combates registrados desde 2012 con el Ejército, que contó con apoyo de tropas de Naciones Unidas. Expertos de la ONU acusaron a Uganda y a Ruanda de apoyar a los rebeldes, si bien ambos países lo negaron.