KINSHASA, 6 Dic. (DPA/EP) -
El Movimiento 23 Marzo (M23) ha anunciado este martes que está dispuesto a retirarse de los combates en el este de República Democrática del Congo (RDC) y ha pedido reunirse con las autoridades, en medio del repunte de las tensiones entre RDC y Ruanda, país bajo sospecha de financiar a este grupo armado.
El grupo rebelde ha anunciado este martes sus intenciones de retirarse de los territorios ocupados y de mantener el alto el fuego a través de un comunicado, poco después de que el Gobierno de Ruanda haya criticado la "errónea y desorientada" postura de la comunidad internacional respecto a este conflicto.
El anuncio del M23 se da también después de que esta misma semana, las autoridades de RDC ascendieran a 272 las víctimas mortales tras una masacre en Kishishe, en la provincia de Kivu Norte (este), de la que el grupo rebelde ha negado cualquier responsabilidad.
En el marco de una cumbre en la capital de Angola, Luanda, el mes pasado para avanzar en la normalización de las relaciones diplomáticas, RDC y Ruanda acordaron un alto el fuego, así como una retirada de M23 de las zonas recientemente conquistadas por el grupo rebelde en la provincia de Kivu Norte.
Las relaciones entre RDC y Ruanda han atravesado momentos de crisis desde la llegada masiva al este de RDC de hutus ruandeses acusados de haber masacrado a los tutsis durante el genocidio de Ruanda de 1994.
Las tensiones repuntaron en mayo, cuando el Gobierno congoleño convocó al embajador ruandés para denunciar el presunto apoyo del país al M23, algo rechazado por Kigali, que afirma por su parte que Kinshasa da apoyo a las Fuerzas Democráticas para la Liberación de Ruanda (FDLR) para perpetrar ataques en Ruanda.
El M23 ha sido acusado desde noviembre de 2021 de llevar a cabo ataques contra posiciones del Ejército en Kivu Norte, a pesar de las autoridades congoleñas y el M23 firmaron en diciembre de 2013 un acuerdo de paz tras los combates registrados desde 2012 con el Ejército, que contó con apoyo de tropas de Naciones Unidas. Expertos de la ONU acusaron a Uganda y a Ruanda de apoyar a los rebeldes, si bien ambos países lo negaron.