Archivo - Soldados de República Democrática del Congo (RDC) en una imagen de archivo
Archivo - Soldados de República Democrática del Congo (RDC) en una imagen de archivo - ALAIN UAYKANI / XINHUA NEWS / CONTACTOPHOTO
Publicado: lunes, 13 junio 2022 13:43


MADRID, 13 Jun. (EUROPA PRESS) -

El grupo rebelde Movimiento 23 de Marzo (M23) se ha hecho este lunes con el control de la localidad de Bunagana, situada en el este de República Democrática del Congo (RDC) y cerca de la frontera con Uganda, en el marco de los combates registrados durante las últimas semanas en la provincia de Kivu Norte y ante el repunte de las tensiones bilaterales entre las autoridades congoleñas y ruandesas.

Fuentes locales y militares citadas por la emisora congoleña Radio Okapi han señalado que el Ejército de RDC se ha retirado de la localidad tras los combates registrados durante las últimas horas, después de que Njike Kaiko, uno de los portavoces de las Fuerzas Armadas, asegurara que los militares mantenían aún sus posiciones.

Sin embargo, fuentes militares han indicado que las Fuerzas Armadas han recibido la orden de retirarse, lo que ha provocado un estado de alarma que ha derivado en la huida de población hacia las localidades cercanas de Tshengerero y Kabindi e incluso hacia la vecina Uganda.

A primera hora de este lunes, el propio Kaiko había denunciado que "es evidente que la población ha vaciado Bunagana, lo que es una situación normal debido a que las balas crepitan" ante la ofensiva del M23. "Los ruandeses y sus aliados del M23 no respetan el Derecho Humanitario", ha señalado.

En este sentido, ha asegurado que "lanzan bombas contra la población civil en pleno centro de Bunagana", un día después de reseñar que el Ejército congoleño "se está comportando de forma profesional", tal y como ha recogido el portal de noticias Actualité. Los militares congoleños cuentan con el apoyo de la Misión de Naciones Unidas en República Democrática del Congo (MONUSCO).

Los enfrentamientos tienen lugar días después de que Ruanda denunciara un ataque con proyectiles desde RDC y de que Kinshasa respondiera acusando a Kigali de perpetrar un "crimen de guerra" y otro de "lesa humanidad" en su territorio al matar a dos niños y herir a un tercero durante el bombardeo de una escuela en la provincia de Kivu Norte.

Las relaciones entre RDC y Ruanda han atravesado momentos de crisis desde la llegada masiva al este de RDC de hutus ruandeses acusados de haber masacrado a los tutsis durante el genocidio de Ruanda de 1994. Tras cierta etapa de relajación diplomática, el conflicto volvió a ganar intensidad a finales del mes pasado, cuando el Gobierno congoleño convocó al embajador ruandés para denunciar el presunto apoyo del país al M23.

El ministro de Exteriores ruandés, Vicent Burita, rechazó recientemente las acusaciones "infundadas" de RDC y recalcó que es necesario abordar los problemas para evitar "un círculo vicioso de conflictos no deseados y destructivos", al tiempo que acusó a RDC de dar cobijo a integrantes del grupo armado Fuerzas Democráticas para la Liberación de Ruanda (FDLR), fundado e integrado principalmente por hutus responsables del genocidio.

El M23 ha sido acusado desde noviembre de 2021 de llevar a cabo ataques contra posiciones del Ejército en Kivu Norte, a pesar de las autoridades congoleñas y el M23 firmaron en diciembre de 2013 un acuerdo de paz tras los combates registrados desde 2012 con el Ejército, que contó con apoyo de tropas de Naciones Unidas. Expertos de la ONU acusaron a Uganda y a Ruanda de apoyar a los rebeldes, si bien ambos países lo negaron.

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