PUERTO PRÍNCIPE 14 Feb. (Reuters/EP) -
Aunque Haití disolvió a sus Fuerzas Armadas, señaladas de ser un tanto abusivas, hace ya dos décadas, grupos de viejos uniformados y jóvenes reclutas parecen estar resurgiendo entre las sombras, añadiendo otro factor de desestabilización a la volátil nación caribeña.
La semana pasada, hombres vestidos con uniformes militares salieron a las calles de la capital, Puerto Príncipe, provocando la ira de manifestantes antigubernamentales, que lincharon a uno de ellos.
Después de una serie de golpes militares, Haití disolvió a sus fuerzas armadas en 1995, pero el entonces presidente Michel Martelly decretó el año pasado que deberían ser instauradas de nuevo, alimentando las esperanzas de los soldados retirados.
"Exigimos a las autoridades designar un comandante en jefe y un alto mando a la cabeza de los militares, para que podamos realizar funciones normalmente", aseguraba a la agencia Reuters Jean Fednel Lafalaise, un exsargento de unos 60 años involucrado en la formación no oficial de viejos militares y reclutas.
Los esfuerzos de Martelly por restablecer las fuerzas armadas no han recibido el apoyo del Gobierno estadounidense ni de altos cargos de Naciones Unidas, que quieren construir una Policía moderna en el país.
"Haití no tiene Ejército y lamentamos los recientes actos de intimidación por parte de personas que vestían uniformes de estilo militar", ha afirmado a Reuters la representante especial de la ONU para Haití, Sandra Honore.
Haití sufre un vacío de poder después de que se cancelara la segunda vuelta de las elecciones presidenciales el mes pasado, en medio de acusaciones generalizadas de fraude y un boicot del candidato opositor. Los nuevos comicios están fijados provisionalmente para abril pero aún no se sabe si se concretarán, por lo que la presión de grupos armados preocupa a los expertos.
"Podría ser un factor de desestabilización muy grave para un proceso muy frágil", ha asegurado Robert Maguire, director del Programa de Estudios Hemisféricos de América Latina en la Universidad George Washington y exespecialista del Departamento de Estado estadounidense sobre Haití.
Por su parte, el primer ministro, Paul Evans, que encabeza el Gobierno hasta que se elija un presidente interino, está de acuerdo.
"Un grupo de personas que se pone un uniforme y dice que es el Ejército sin que sus nombres estén registrados en ningún sitio no es el ejército", ha asegurado esta semana. "Son bandidos y crearán más problemas".