Publicado: lunes, 22 enero 2018 15:00


PARIS, 22 Ene. (Reuters/EP) -

Los guardias de prisión franceses han comenzado una huelga general este lunes en un enfrentamiento con el Gobierno del presidente Emmanuel Macron sobre la dotación de personal en las prisiones y los niveles de violencia en las cárceles superpobladas sobre los que dicen que se está perdiendo todo control.

Esta huelga, que ha comenzado con piquetes antes del amanecer, marca una escalada en las protestas después de que los sindicalistas rechazaran la proposición del Gobierno de contratar 100 nuevos guardias de prisiones este año y otros 1.000 antes del final del mandato de Macron en 2022. Los guardias han quemado neumáticos y palés en torno a varias de las 188 cárceles en Francia antes de las conversaciones convocadas apresuradamente por la ministra de justicia Nicole Belloubet.

Un portavoz de los servicios de prisiones ha declarado a Reuters que, a mediodía, la Policía había acudido a cuatro cárceles para sustituir a los guardias ausentes. Los sindicatos han manifestado que las autoridades tendrán que desplegar oficiales adicionales cuando otros guardias acaben sus turnos. "No se nos utilizará como carne de cañón. No cederemos ni un milímetro", ha manifestado un oficial de la Force Ouvriere a CNews, medio francés. Su sindicato quiere un aumento de sueldos y una contratación rápida de 2.400 personas.

Macron está siendo presionado para atender la inquietud creciente entre el personal de las prisiones después de los recientes ataques a guardias por parte de los reclusos. El viernes, los antidisturbios se enfrentaron contra los guardias que guarnecían un piquete fuera de la prisión de Fleury Merogis, donde las protestas estallaron después de que un miliciano islamista encarcelado por la muerte de 21 personas en Túnez en el año 2000 le hiciera cortes en la cabeza y en el torso a un guardia con unas tijeras en el norte de Francia.

El Ministerio se ha ofrecido a cumplir otra demanda y separar a los internos más violentos del resto de los 70.000 presos, una de las poblaciones carcelarias más altas de Europa. Macron declaró antes de que las protestas se agravaran que presentaría un plan en febrero y que iría más allá de las promesas de construir miles de nuevas celdas.

La población carcelaria francesa se ha duplicado desde los años 70. Los guardias señalan que no tienen suficiente personal o equipamiento como para manejar a los internos más violentos, más notablemente los islamistas convictos y los pequeños criminales que se radicalizan en prisión. También están pidiendo una mejora de los salarios que empieza con una media de 1.400 euros brutos al mes.

Un representante del sindicato, Karar, que ha ejercido durante 13 años como guardia en la prisión de Fresnes a las afueras de París, ha dicho que, según los registros, hay 4.000 ataques a miembros del personal carcelario cada año. "Uno no puede poner a un guardia a manejar a 100 o a 150 prisioneros y sólo darle un silbato", ha declarado Karar, defendiendo que los guardias estén armados con pistolas paralizantes.

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