MANILA, 10 Mar. (Reuters/EP) -
El presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte, ha firmado una orden ejecutiva para crear una fuerza conjunta que recoja a las 21 agencias estatales encargadas de la guerra contra las drogas, que dará prioridad a los objetivos de "alto valor", en el marco de un incremento de las medidas contra el tráfico de estupefacientes.
El decreto permitirá la creación de la Comisión de Agencias Antidrogas (ICAD, por sus siglas en inglés), una agencia que recogerá a los diferentes cuerpos del Estado que se encuentran actualmente inmersos en la lucha contra las drogas en Filipinas.
El nuevo organismo incluirá a los miembros de la Policía, el Ejército y la Guardia Costera, así como el personal de Sanidad, Educación y Seguridad Social que trabaja para rehabilitar a los consumidores y acabar con los traficantes.
Más de 8.000 personas han muerto desde que se puso en marcha la guerra contra las drogas, hace ocho meses. Al menos 2.555 personas han fallecido durante operaciones y redadas policiales, así como en el marco de enfrentamientos contra las fuerzas de seguridad del país, que han señalado que al menos 48.000 personas han sido detenidas.
La Policía ha negado cualquier tipo de relación directa con las muertes y ha rechazado las acusaciones llevadas a cabo por varios grupos de activistas, que aseguran que muchas personas murieron en extrañas circunstancias, muchas veces mediante asesinatos presuntamente realizados con la complicidad de los agentes.
Naciones Unidas, así como la comunidad internacional, ha mostrado su preocupación ante el gran número de muertos y las continuas declaraciones de Duterte, que ha asegurado en reiteradas ocasiones que acabará con todos los traficantes de drogas del país.
URGENCIA
La orden de Duterte pone de manifiesto la urgencia del Gobierno a la hora de eliminar los estupefacientes y "poner entre rejas" a los traficantes, en un intento por facilitar la reinserción de los consumidores en la sociedad.
Duterte, que ha negado que se hayan producido violaciones de los Derechos Humanos en el país, firmó la orden el 6 de marzo, el mismo día que la Policía Nacional de Filipinas (PNP) reanudó las operaciones tras una suspensión de las medidas debido al secuestro y asesinato de un empresario surcoreano a manos de varios agentes antridroga.
El jefe del PNP, Ronald Dela Rosa, ha hecho un llamamiento a la disminución "en la medida de lo posible, si no por completo, del derramamiento de sangre" en el marco de las operaciones policiales contra el tráfico de drogas.
Más de 500 policías serán seleccionados para formar parte del nuevo Grupo de Fiscalización de Drogas para tomar las medidas pertinentes contra fabricantes, distribuidores y políticos, entre otros, según ha informado el jefe del grupo, Graciano Mijares.
La creación de una nueva fuerza conjunta supone una mayor cohesión entre las agencias a la hora de acabar con las drogas. Por otra parte, el Consejo contra el Blanqueo de Dinero del Gobierno filipino trabajará para detectar y detener las transacciones de capital relacionadas con el tráfico de drogas.