MANILA, 29 May. (Reuters/EP) -
Los separatistas musulmanes y los rebeldes maoístas han reafirmado este lunes su oposición a las actividades del grupo terrorista Estado Islámico en Filipinas, aunque han evitado sumarse al llamamiento del presidente, Rodrigo Duterte, para hacer un frente común.
Duterte instó el sábado a las guerrillas a convertirse en "soldados de la República" y unirse en la lucha contra Abú Sayyaf y el grupo Maute, ambos vinculados a Estado Islámico, a cambio de sueldo y vivienda. El grupo Maute se hizo la semana pasada con parte de la ciudad de Marawi, en la isla de Mindanao.
"El Partido Comunista de Filipinas-Nuevo Ejército del Pueblo se opone a todos los grupos terroristas", ha dicho el principal negociador del grupo maoísta, Luis Jalandoni, en declaraciones a la cadena ANC. En este sentido, ha afirmado que está "junto al Gobierno de Duterte", sin entrar en más detalles.
Un dirigente del Frente Moro de Liberación Islámica, Ghadzali Jaafar, ha declarado a Reuters que el comité central del grupo se reunirá para analizar la oferta del presidente, aunque ha dejado claro que está en contra del extremismo islamista.
El Frente, que firmó en 2014 un acuerdo de paz con el Gobierno que aún no se ha aplicado por completo, ya subrayó la semana pasada que cooperaría con las fuerzas de Duterte "para garantizar la seguridad" de la población de Marawi e impedir cualquier intento de "división".