Recalca que "hacer frente a las causas del terrorismo es fundamental" para restaurar la paz en el noreste de Nigeria
MADRID, 4 May. (EUROPA PRESS) -
El secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, ha abogado desde Nigeria por dar ayuda a las personas afectadas por el terrorismo y apoyar el proceso de reintegración de antiguos combatientes para lograr instaurar la paz y la estabilidad en el noreste del país, afectado por los ataques de Boko Haram y su escisión, Estado Islámico en África Occidental (ISWA).
"El hecho de que haya venido al estado de Borno es simbólico en nuestra prioridad de luchar contra el terrorismo y crear soluciones para las víctimas del terrorismo", ha dicho Guterres, quien ha recalcado que "no es suficiente con entregar ayuda humanitaria".
"El Borno que he visto hoy es un Borno de esperanza. Es un Borno con un futuro y he quedado muy impresionado al ver las políticas que están siendo aplicadas, reconociendo que no sólo combatimos el terrorismo a través de medios militares", ha explicado.
Así, ha hecho hincapié en que "hacer frente a las causas del terrorismo (...) es un elemento esencial" para lograr éxitos y ha ensalzado que durante su visita "ha visto que se aplica en la realidad",
"La gente con la que me he reunido quiere más (que ayuda humanitaria). La gente quiere volver a casa de forma segura y digna", ha señalado, antes de apostar por "invertir en sustento, en la reintegración de los que en el pasado fueron reclutados por grupos terroristas, por Boko Haram".
"Me ha sorprendido ver hoy en el centro a aquellos que fueron terroristas y que quieren reintegrarse en la sociedad y contribuir a la sociedad. La política en marcha es una de reconciliación y reintegración, destinada al desarrollo de una perspectiva para permitir que el terrorismo sea eliminado de forma definitiva", ha explicado.
Por ello, ha trasladado sus felicitaciones al gobernador de Borno, Babagana Umara Zulum, y ha pedido a la comunidad internacional que "apoye la acción humanitaria" y "reconozca los inmensos desafíos a los que Borno hace frente, con el cambio climático y un Boko Haram activo aunque debilitado".
Guterres ha reclamado así "invertir en el Borno de la esperanza" y "dar apoyo a los proyectos del gobierno y a la sociedad civil para crear las condiciones para un verdadero desarrollo, crear las condiciones para que las escuelas y los hospitales funcionen y para que haya trabajo".
Por ello, ha incidido en la posibilidad de que la ONU colabore con las autoridades nigerianas en los trabajos de desminado en Borno y ha desvelado que el organismo "apoyará totalmente" el proyecto de reintegración de antiguos combatientes.
"Estoy preparado para decir a distintos países que tienen que invertir, porque lo mejor que se puede hacer por la paz es reintegrar a los que se convirtieron en terroristas en un momento de desesperación pero ahora quieren ser buenos ciudadanos y contribuir al bienestar de sus hermanos y hermanas", ha argüido.
Por último, ha reseñado que es necesario "encontrar una solución para la gente" que pasa por "crear las condiciones de seguridad y desarrollo para que vuelvan a casa de forma segura y digna". "El llamamiento que he escuchado durante la reunión con los desplazados es que quieren volver. No quieren vivir aquí", ha apostillado.
El noreste de Nigeria es escenario de frecuentes ataques de Boko Haram e ISWA, con su epicentro en Borno. El Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) afirmó en junio de 2021 que los doce años de conflicto han dejado cerca de 350.000 muertos, una cifra diez veces superior a la manejada hasta entonces.
"Muchos más han muerto por los efectos indirectos del conflicto. Calculamos que, a finales de 2020, el conflicto habría dejado cerca de 350.000 muertes, con 314.000 de ellas debidas a causas indirectas", afirmó el organismo, que recordó que "incluso antes de que se iniciara el conflicto, la región era una de las más pobres en Nigeria y hacía frente a numerosos desafíos de desarrollo".
La inseguridad se ha extendido en los últimos meses a otras zonas del norte y el noroeste, haciendo saltar las alarmas por la posible expansión de estas redes terroristas y criminales, muchas de las cuales viven de obtener el pago de rescates tras el secuestro de estudiantes en asaltos contra centros educativos.