NUEVA YORK, 28 Sep. (Reuters/EP) -
El secretario general de Naciones Unidas, Antonio Guterres, ha alertado este jueves de que la violencia contra la minoría rohingya en el norte de Rajine podría extenderse a la zona centro de este estado birmano, lo que podría provocar el desplazamiento de otras 250.000 personas.
Guterres ha comparecido en la primera reunión pública del Consejo de Seguridad de la ONU sobre Birmania en ocho años para advertir de que en Rajine ha comenzado una espiral de violencia que ha desencadenado "la emergencia de refugiados más rápida del mundo y una pesadilla humanitaria".
El político portugués ha atribuido la rapidez con la que se ha desatado la crisis "al fracaso a la hora de abordar la violencia sistemática" y ha avisado de que "esto podría hacer que se extienda al centro de Rajine, donde otros 250.000 musulmanes podrían verse desplazados".
Por ello, ha reiterado su petición a las autoridades birmanas para que permitan a la ONU y a otros actores humanitarios un acceso inmediato e incondicional a las zonas afectadas por la violencia para constatar la situación y prestar auxilio.
"Hemos recibido testimonios escalofriantes de quienes han huido --sobre todo mujeres, niños y ancianos-- que hablan de la excesiva violencia y de graves violaciones de los Derechos Humanos, incluidos tiroteos indiscriminados, el uso de minas antipersona y violencia sexual", ha denunciado.
Además, el jefe de la ONU ha lanzado una dura crítica al Gobierno birmano por la gestión de esta crisis. "No deberíamos sorprendernos si décadas de discriminación y dobles estándares en el trato a los rohingya han abierto vías para la radicalización", ha sentenciado.
Los rohingya son una minoría étnica de fe musulmana que se concentra en Rajine, cerca de la frontera con Bangladesh. El Estado birmano no les reconoce la ciudadanía ni los derechos asociados a ella porque esgrime que son descendientes de inmigrantes bangladeshíes que entraron ilegalmente en el país.
En los últimos años se han producido varios altercados entre las fuerzas de seguridad y los rohingya. En 2012 murieron más de 200 personas y desde entonces la situación había permanecido en calma pero en octubre comenzó una nueva escalada que en agosto alcanzó su punto álgido. Cientos de personas han muerto y cerca de medio millón han huido a otros países en esta última oleada.