La junta birmana confirma un ataque aéreo contra "terroristas"
MADRID, 12 Abr. (EUROPA PRESS) -
El secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, ha condenado este martes el ataque aéreo de las Fuerzas Armadas de Birmania sobre una zona rebelde en el norte del país, que ha dejado más de 50 muertos, incluidos niños.
"El secretario general ofrece sus condolencias a las familias de las víctimas y desea la pronta recuperación de los heridos", ha expresado su portavoz, Stéphane Dujarric. "Y lo más importante, tienen que tener permiso para recibir la atención médica que necesitan, porque sabemos que esto es a veces difícil en estas circunstancias", ha agregado.
Guterres ha pedido que haya consecuencias para los responsables del ataque, y ha recordado la importancia de la protección de los civiles, pidiendo al Ejército que termine con esta campaña de violencia contra el pueblo birmano.
Este lunes ha tenido lugar un ataque aéreo en la aldea de Pazigyi, en Sagaing, donde han caído dos bombas a primera hora de la mañana. Un portavoz de la junta militar, Zaw Min Tun, ha confirmado este martes el ataque en la cadena de televisión estatal MRTV.
El portavoz ha informado que llevó a cabo "ataques aéreos mientras los grupos terroristas del PDF (Fuerzas de Defensa del Pueblo) participaban en una ceremonia", alegando que eran personas pertenecientes al grupo armado aunque vistieran de civiles.
La administración opositora, constituida como contrapeso a la junta, ha asegurado que serían "unos cien" los fallecidos en este ataque y ha instado a acabar con la "impunidad" del régimen militar.
Para el Gobierno opositor, la "acción atroz" perpetrada por el "ejército terrorista" en Sagaing --región considerara contraria a la junta que gobierna Birmania desde el golpe de Estado de 2021-- es otro ejemplo "del uso indiscriminado de la fuerza extrema contra civiles inocentes", lo cual "constituye un crimen de guerra".
La junta ha endurecido la represión en este tiempo y acumula más de 21.300 detenidos, según la Asociación de Asistencia a Presos Políticos de Birmania (AAPP, por sus siglas en inglés). Desde el golpe, más de 3.200 personas han muerto a manos de las fuerzas leales a las actuales autoridades.