MADRID 30 Ene. (EUROPA PRESS) -
El secretario general de la ONU, António Guterres, ha condenado este lunes la reciente ola de violencia comunitaria registrada en la región de Abyei, disputada entre Sudán y Sudán del Sur, durante los últimos días, que ha dejado al menos dos 'cascos azules' y medio centenar de civiles muertos.
Guterres se ha mostrado "profundamente preocupado por los actos de violencia ocurridos durante el fin de semana (...), que causaron la trágica muerte de numerosos civiles y ataques contra la Fuerza Provisional de Seguridad de Naciones Unidas para Abyei (UNISFA), durante los cuales dos miembros de las fuerzas de mantenimiento de paz perdieron la vida en el cumplimiento de su deber".
Así, ha pedido a los Gobiernos de Sudán y Sudán del Sur que investiguen "rápidamente los ataques", con la asistencia de la UNISFA "y lleven a los autores (del ataque) ante la justicia", reza un comunicado en el que ha recordado a las partes que este tipo de ataques pueden constituir crímenes de guerra.
Por último, el secretario general de Naciones Unidas ha transmitido "su más sentido pésame" a los Gobiernos de Ghana y Pakistán, países de los que eran naturales los 'cascos azules' muertos, así como a las familias de los civiles fallecidos.
La UNISFA, que opera en esta región, ha confirmado horas antes la muerte de un segundo pacificador en los recientes enfrentamientos y ha condenado la "continua violencia" en la zona, en el marco de unos incidentes que alcanzaron una base militar de la ONU.
Las autoridades locales han indicado que la cifra de civiles muertos ha ascendido 52, mientras que otros 64 han resultado heridos. "La misión está tomando medidas para restaurar la calma y proteger a los civiles, al tiempo que pide la apertura de una investigación para que los responsables sean llevados ante la Justicia", ha puntualizado.
El estatus de Abyei quedó en suspenso cuando Sudán del Sur declaró su independencia en el año 2011 y sigue siendo uno de los principales focos de conflicto entre ambos países por su importancia geoestratégica y sus reservas energéticas. En principio, el futuro de la región debería haberse dilucidado según un referéndum estipulado en los históricos acuerdos de paz de 2005, si bien la votación aún no ha tenido lugar.