MADRID, 6 Oct. (EUROPA PRESS) -
El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, ha advertido a Armenia y Azerbaiyán de que no cabe una "solución militar" al conflicto que mantienen por la región de Nagorno Karabaj, al tiempo que ha vuelto a apelar a un alto el fuego en los combates que estallaron el pasado 27 de septiembre.
Guterres ha subrayado "una vez más que no hay una solución militar al conflicto" y ha instado "a las partes a que cesen inmediatamente todas las hostilidades", ha indicado su portavoz, Stéphane Dujarric.
En este sentido, ha pedido a "todos los actores relevantes", tanto a nivel regional como internacional, que "ejerzan activamente su influencia para lograr poner fin con urgencia a los enfrentamientos y volver a las negociaciones" bajo los auspicios del Grupo de Minsk en el seno de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE).
Precisamente, los ministros de Exteriores de Francia, Estados Unidos y Rusia --que copresiden el Grupo de Minsk-- denunciaron este lunes la "peligrosa escalada de violencia" entre Armenia y Azerbaiyán, en el marco de sus combates en la región de Nagorno Karabaj que también han alcanzado otros territorios fuera de la misma, y volvieron a pedir a ambos países que acepten un alto el fuego.
Guterres también ha condenado "la continuada escalada de violencia" en torno a Nagorno Karabaj "pese a los repetidos llamamientos de la comunidad internacional para que cesen inmediatamente los combates" y en particular se ha mostrado preocupado "por las informaciones de la extensión de las hostilidades, incluidos ataques contra zonas pobladas".
En este sentido, el máximo responsable de la ONU ha aprovechado para recordar "a todas las partes su obligación de proteger a los civiles y la infraestructura civil en virtud del Derecho Internacional Humanitario".
Según el último balance ofrecido este martes por la oficina del Fiscal General de Azerbaiyán, las acciones de las fuerzas armenias y de Nagorno Karabaj han dejado al menos 27 civiles azeríes muertos y 141 heridos desde el 27 de septiembre. Por su parte, el Gobierno armenio informó el martes de al menos 21 civiles muertos y 82 heridos.
Los dos países se han enzarzado, además de los combates y bombardeos contra posiciones rivales, en una guerra propagandística, exhibiendo los daños causados a la parte contraria y acusándose mutuamente de atacar a la población civil.
Aunque el Gobierno de Armenia se ha mostrado más abierto a posibles conversaciones en el seno del Grupo de Minsk, el presidente de Azerbaiyán, Ilham Aliyev, es mucho más reacio y ha dejado claro que solo accederá a un alto el fuego si Ereván se compromete, con calendario incluido, a una retirada de sus tropas de territorio azerí.