MADRID 27 May. (EUROPA PRESS) -
El secretario de general de Naciones Unidas, António Guterres, ha trasladado este domingo su solidaridad con el pueblo y el Gobierno de Papúa Nueva Guinea tras la avalancha de tierra y rocas que ha dejado al menos 670 muertos, según estimaciones de la Organización Internacional para la Migración (OIM).
Guterres, que se ha mostrado "profundamente entristecido por la pérdida de cientos de vidas" y ha expresado "su más sentido pésame a las familias de las víctimas", ha indicado que la ONU y sus socios están apoyando los esfuerzos de respuesta del Gobierno papú.
Asimismo, ha subrayado que el organismo internacional está "dispuesto a ofrecer asistencia adicional en este momento difícil", tal y como ha indicado el portavoz del secretario general, Stéphane Dujarric, en un comunicado.
Horas antes, el jefe de la OIM en el país explicó que más de 150 viviendas habían quedado completamente enterradas bajo ocho metros de escombros de montaña tras un deslave que ha afectado a varias localidades en las tierras altas del norte. Ante esta situación, las autoridades no descartan que las estimaciones de fallecidos puedan aumentar.
Las tareas de rescate y recuperación se están viendo enormemente dificultadas porque la avalancha ha dejado toda la zona cerrada al paso de los vehículos. Además, la zona no es ni mucho menos estable.
La directora de Care International para el país, Justine McMahon, avisó además de que la avalancha ocurrió en un lugar marcado por recientes luchas tribales que dejaron en febrero en torno a 50 muertos y acabaron expulsando a las comunidades afectadas precisamente a las tierras altas arrasadas por la avalancha. De hecho, un nuevo episodio de estos enfrentamientos ha dejado ocho muertos y más de una treintena de edificios quemados en la cercana localidad de Tambitanis.