DAKAR, 7 Sep. (Reuters/EP) -
El exdictador chadiano Hissène Habré ha sido obligado por la fuerza a comparecer en una nueva sesión del juicio abierto contra él en un tribunal senegalés avalado por la Unión Africana por los crímenes contra la Humanidad perpetrados durante su mandato, en la década de 1980, y que incluyen unos 40.000 asesinatos.
"¡Silencio! ¡Silencio!", gritaba Habré dirigiéndose al secretario del juzgado cuando se leían los cargos contra él, según las imágenes transmitidas por la cadena RTS. Tres policías con pasamontañas obligaron a Habré a permanecer sentado mientras éste seguía profiriendo insultos contra el tribunal.
"Hissène Habré puede hacer todo el ruido que quiera, pero no es él quien decide si se le debe juzgar o si habrá justicia para las víctimas", ha argumentado un asesor de Human Rights Watch, Reed Brody, que lleva trabajando con víctimas de Habré desde 1999.
Una de las víctimas, Fatimé Sakine, ha relatado que "Habré era el rey absoluto de Chad". "Mandaba a la gente a la cárcel y eran torturados a su voluntad y ahora actúa como un niño malcriado", ha afirmado. Sakine fue torturada durante 15 meses en prisión. "Nos tiene miedo a nosotros y a la verdad", ha apostillado.
El juicio se suspendió en julio después de que sus abogados rechazaran el proceso, el primero desarrollado en un tribunal africano contra un dirigente de ese mismo continente. En la primera sesión del juicio Habré también tuvo que ser llevado por la fuerza ante el tribunal.
QUINCE AÑOS DE LUCHAS
El juicio contra Habré, acusado de cometer crímenes contra la Humanidad, es el resultado de los 15 años de luchas de las víctimas y organismos de Derechos Humanos que pretendían llevar al exdictador ante la justicia senegalesa, país al que huyó tras ser derrocado en un golpe de Estado en 1990. Dicho juicio durará unos tres meses y se desarrollará en la Cámara Especial Africana (CAE) creada en 2013 por Senegal y la Unión Africana.
Habré recibió cuando estaba en el poder el apoyo de Washington para frenar a la Libia de Muamar Gadafi en la década de 1980. Sin embargo, según denuncian grupos de Derechos Humanos, durante los ocho años que estuvo en el poder se cometieron torturas y fueron asesinadas hasta 40.000 personas.
Este hecho se produce un mes después de que el presidente de Sudán, Omar Hasán al Bashir, escapara de Sudáfrica a pesar de la orden internacional de arresto emitida por el Tribunal Penal Internacional (TPI), un nuevo episodio que evidencia la falta de colaboración de países africanos con el TPI.
El TPI fue aceptado por muchos gobiernos africanos cuando se fundó en 2002, pero la opinión hacia este tribunal ha empeorado por haber imputado sólo a gobernantes africanos, algo que ha hecho que muchos países del continente lo etiqueten de institución neocolonial y controlada por Occidente.
INVESTIGADO DESDE 1992
En 1992 la Comisión de la Verdad de Chad acusó al Gobierno de Habré de hasta 40.000 asesinatos políticos y de tortura sistemática, delitos cometidos principalmente por su temida inteligencia política, la Dirección de Documentación y Seguridad (DDS).
El exdictador y sus abogados intentaron boicotear el juicio en Senegal alegando defectos en el proceso. Según afirmaron, el exdictador de 72 años tenía problemas de corazón.
Incluso después de que Senegal aprobara la jurisdicción universal que posibilita el procesamiento de crímenes contra los Derechos Humanos cometidos en otro lugar, el Gobierno senegalés se ha mostrado lento hasta que Bélgica dictó una resolución que instaba a Senegal a juzgar a Habré o extraditarle.
El nuevo Gobierno de Senegal, encabezado por Macky Sall, ha hecho del procesamiento de Habré una prioridad. "La percepción de 'justicia de los hombres blancos' tiene que acabar", ha expresado el ministro de Justicia senegalés, Sidiki Kaba.