MANILA, 19 May. (Reuters/EP) -
El embajador bangladeshí en Manila ha afirmado este jueves que en el ciberataque que sufrió el Banco Central de Bangladesh el pasado febrero se usó el ordenador de un empleado para robar 81 millones de dólares, alrededor de 72 millones de euros, en uno de los fraudes cibernéticos más grandes de la historia.
Aunque aún no se sabe quién llevó a cabo la operación, el embajador bangladeshí en Manila, John Gomez, ha asegurado que el dinero acabó en Filipinas, según información facilitada por el FBI. También ha declarado que se sabe que los 'hackers' no estaban ni en Filipinas ni en Bangladesh pero que no se disponía de más información sobre su paradero.
Todo apunta a que el ordenador atacado fue el de un empleado del banco responsable de hacer pagos y que así pudieron mover tanto dinero. "El ataque ocurrió un viernes, cuando el banco esta completamente cerrado y no hay nadie en las oficinas", ha declarado el embajador.
Los piratas mandaban mensajes fraudulentos desde el Banco Central en Dacca a la cuenta del Banco Central de Bangladesh en la Reserva Federal neoyorquina a través del sistema de comunicaciones financieras SWIFT, intentando así mover alrededor de mil millones de dólares.
Muchas de las transferencias se bloquearon pero lograron traspasar 81 millones de dólares a un banco en Filipinas. El dinero se movió a casinos y agentes de casinos y gran parte de él ha desaparecido.
Uno de los senadores filipinos encargados de la investigación, Ralph Recto, declaró en abril que todo apuntaba a que el ataque fue llevado a cabo por 'hackers' chinos, algo que el gigante asiático ha desmentido.
Las autoridades filipinas han logrado recuperar 15 millones del dinero robado, pero la líder del consejo encargado de prevenir el blanqueo de dinero, Julia Abad, ha declarado que el dinero tardará entre tres y cinco meses en volver a Bangladesh.
Los senadores concluyeron su investigación este jueves pero no se han acercado a descubrir qué pasó realmente debido a las políticas de secretismo que rodean el ámbito bancario y debido a que los casinos no entran en la jurisdicción de las leyes contra el blanqueo de capitales.