La ONU reclama un corredor humanitario desde el puerto de la capital para garantizar el reparto de combustible
MADRID, 6 (EUROPA PRESS)
El primer ministro de Haití, Ariel Henry, ha pedido "ayuda" y "acompañamiento" a la comunidad internacional ante el temor a una "hecatombe" en un país afectado por los bloqueos de suministros, las protestas y la violencia y sobre el que ahora se cierne un brote de cólera.
La tensión se ha recrudecido desde la retirada de las ayudas a los combustibles, que ha duplicado los precios en unos pocos días. Más del 40 por ciento de la población necesitaba ya ayuda humanitaria antes del estallido de la enésima crisis que sufre el país más pobre del hemisferio occidental.
"Pido ayuda, acompañamiento y auxilio. Necesitamos todo tipo de apoyo para evitar una hecatombe ahora que el cólera ha resurgido", ha dicho Henry, en su tercer mensaje a la nación desde el inicio de las protestas por los combustibles, donde se han escuchado precisamente consignas que piden la dimisión.
Henry, que asumió plenos poderes en Haití tras el asesinato en julio de 2021 del entonces presidente, Jovenel Moise, ha pedido asistencia para desbloquear algunas de las rutas que impiden el reparto de productos derivados del petróleo, en particular en Puerto Príncipe y su área metropolitana, según el portal AlterPresse.
El primer ministro ha culpado de los bloqueos a grupos armados vinculados a "malos políticos y malos empresarios", si bien no ha anunciado ninguna medida contra estas bandas, que se han hecho fuertes en determinadas zonas y limitan incluso la labor de la ONU y otras organizaciones sobre el terreno.
CORREDOR HUMANITARIO
La oficina de Naciones Unidas en Haití y sus socios internacionales han reclamado la apertura "inmediata" de un corredor humanitario desde el puerto de la capital, ante las "graves consecuencias" que puede acarrear un bloqueo por el que se han mostrado "profundamente preocupados".
La terminal de Varreux es el principal punto de entrada de combustible en Haití, y su reapertura es clave para que el combustible pueda llegar a plantas de tratamiento de agua o a servicios de asistencia médica, en un momento especialmente delicado.
La preocupación ha aumentado tras la detección a finales de la semana pasada de nuevos casos de cólera --ya suman más de 20--. El país ya sufrió entre 2010 y 2019 un brote que concluyó con unos 820.000 casos y casi 10.000 muertes, por lo que ahora autoridades locales y socios internacionales se afanan para evitar una nueva tragedia de este calibre.
"Aunque puede ser mortal si no hay una atención médica inmediata, el cólera es evitable y tratable", ha defendido la ONU en su nota, donde ha señalado que "todavía hay tiempo para evitar la propagación de la enfermedad".