Hasán Sheij Mohamud toma posesión como nuevo presidente de Somalia

MADRID, 23 May. (EUROPA PRESS) -

El nuevo presidente de Somalia, Hasán Sheij Mohamud, ha tomado este lunes posesión del cargo durante un acto celebrado en Villa Somalia, sede de la Presidencia, en el que el mandatario saliente, Mohamed Abdulahi Mohamed, le ha traspasado sus competencias.

La Presidencia somalí ha indicado en un mensaje en su cuenta en Twitter que Sheij Mohamud "ha asumido oficialmente el cargo como décimo presidente de Somalia tras la ceremonia de entrega de poderes en Villa Somalia".

Tras ello, el nuevo mandatario ha hablado de "un día especial" en el que "la responsabilidad de liderazgo" le ha sido transferida por su predecesor, conocido popularmente como 'Farmajo'.

"Le doy las gracias por su servicio a Somalia. Prometo trabajar sólo por y para los intereses del pueblo somalí. Progresaremos y prosperaremos juntos", ha remachado en un breve mensaje en su cuenta en Twitter.

Sheij Mohamud desveló la semana pasada que durante los primeros cien días de su mandato priorizará la seguridad y la recuperación económica, incluido garantizar a seguridad en la capital, Mogadiscio, objetivo de numerosos ataques del grupo terrorista Al Shabaab.

El nuevo presidente fue elegido por los parlamentarios tras una serie de retrasos de las legislativas desde diciembre de 2020 que provocaron que 'Farmajo' siguiera en el poder a pesar de que su mandato expiraba en febrero de 2021, en medio de las críticas de la oposición.

Las elecciones en Somalia no cuentan con sufragio universal. Así, los parlamentarios son elegidos a través de delegados nombrados por líderes de clanes tradicionales y miembros de la sociedad civil seleccionados a su vez por las autoridades regionales.

Posteriormente, son estas personas y los miembros del Senado, que representan a las cinco regiones del país, los encargados de nombrar al nuevo presidente, un modelo que refleja el poder que aún conservan los clanes en el país africano y la ausencia de un Estado con capacidad para controlar la situación en el terreno, en medio de la inseguridad y una corrupción generalizada.