MADRID, 15 Ene. (EUROPA PRESS) -
Dos voluntarios de la Cruz Roja de República Democrática del Congo han sufrido heridas graves por un ataque perpetrado durante el entierro de un enfermo de ébola en la zona este del país africano, según la propia organización, que ha denunciado las agresiones y amenazas que sufre su personal en el marco de la campaña contra el virus.
Más de 3.300 personas han contraído la enfermedad desde que se detectó el primer caso, de las cuales más de 2.200 han perdido la vida, según el último balance de la Organización Mundial de la Salud (OMS). La inseguridad y las reticencias de las comunidades locales a los trabajos de respuesta han lastrado la contención del brote.
La Federación Internacional de la Cruz Roja y la Media Luna Roja (FICR) ha denunciado en un comunicado que su personal ha sufrido "desde el principio" ataques de quienes critican los protocolos impuestos para los entierros, imprescindible porque el paciente sigue siendo un posible foco de contagio incluso después de muerto.
El último de estos incidentes ha tenido lugar cerca de Mambasa, donde el lunes se organizó un entierro que terminó en disturbios pese a que la familia del difunto había dado su autorización. "Los rumores y el pánico se extendieron rápidamente entre la comunidad, lo que derivó en un violento asalto contra el equipo de Cruz Roja", ha informado la organización.
Dos voluntarios resultaron heridos y fueron trasladados a un hospital, donde reciben tanto asistencia médica como psicológica.
El presidente de la Sociedad de la Media Luna Roja congoleña, Grégoire Mateso Mbuta, ha subrayado que el incidente evidencia "los graves riesgos" a los que se enfrentan los voluntarios encargados de la "peligrosa tarea" de llevar a cabo entierros "dignos y seguros".
El responsable ha entendido el "miedo" y la "frustración" que pueda existir en ciertas poblaciones, para lo cual el FICR ha incluido en sus operaciones de respuesta mejorar la confianza y la aceptación de las comunidades directamente afectadas por el brote.
La directora de operaciones contra el ébola de la organización, Nicole Fassina, ha afirmado que hay una "mejora general" en la aceptación de este tipo de ceremonias, pero ha apuntado que ataques como el ocurrido el lunes demuestran la necesidad de no ser "complacientes".