MANILA 1 Dic. (Reuters/EP) -
Los integrantes de una hermandad universitaria filipina se han desnudado este viernes en una carrera que celebran anualmente para protestar por los abusos policiales en el marco de la guerra contra las drogas, orquestada por el presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte, así como por la imposición de la ley marcial, declarada en la región de Mindanao por los enfrentamientos entre el Ejército y el Grupo Maute.
La hermandad Alpha Phi Omega celebra cada año una carrera en la que los participantes se desnudan como señal de protesta. En la década de 1980, la congregación se manifestó en contra el dictador Ferdinand Marcos por la censura de activistas en la Universidad de Filipinas. Este año, los jóvenes se han desnudado y corrido por el campus de la universidad portando carteles en los que se podía leer "levante la ley marcial" y "detengan las matanzas".
"El nivel de violencia en la sociedad está creciendo y la hermandad no puede ignorar eso", ha dicho el portavoz de Alpha Phi Omega, Thomas Roca, quien ha denunciado que "miles de personas están muriendo".
"Es la primera vez que veo esto", ha dicho Haji Viado, un estudiante universitario. "Para mí lo que han hecho es eficaz para llamar la atención de la gente sobre estos temas", ha añadido Viado.
Duterte, que llegó al poder el 30 de junio de 2016, ha fijado la lucha contra las drogas como su prioridad. A lo largo de este año, unas 9.000 personas han muerto a manos de las fuerzas de seguridad por la guerra contra el 'narco'.
La violencia ejercida por el Ejército filipino ha llevado a la oposición a denunciar a Duterte ante el Tribunal Penal Internacional (TPI) por crímenes de lesa humanidad. Sin embargo, el jefe de Estado se ha mostrado dispuesto a ir a la cárcel "para proteger a los filipinos". Numerosas organizaciones de defensa de los Derechos Humanos han denunciado que se están cometido ejecuciones extrajudiciales.
Por otra parte, Duterte impuso la ley marcial en la isla de Mindanao después de que el pasado 23 de mayo los milicianos del Grupo Maute impidieran que las Fuerzas Armadas de Filipinas llevaran a cabo una operación para detener al líder de Abú Sayyaf, líder de la organización. Los combates en Marawi han dejado el centro de la ciudad completamente destrozado, con edificios quemados y derrumbados, además de provocar una crisis humanitaria que ha dejado a más de 400.000 personas alejadas de sus hogares.
La medida, que se ha extendido hasta el 31 de diciembre, está específicamente destinada a combatir "la insurrección de Estado Islámico y grupos afines" en la zona. Sin embargo, Duterte aseguró en octubre que Marawi había sido "liberada de la influencia de los terroristas".
Varias organizaciones de defensa de los Derechos Humanos han alertado a la comunidad internacional por la imposición de la ley marcial. "La ley marcial de Duterte aumenta el riesgo de abusos por parte del Ejército en Mindanao, que se sumaría a la mortal 'guerra contra las drogas' en las zonas urbanas", aseguró el subdirector de HRW para Asia, Phelim Kine. "Es crucial que las fuerzas de seguridad del país cumplan el Derecho Internacional en todo momento y que los violadores de los Derechos Humanos rindan cuentas", añadió.