MADRID, 31 May. (EUROPA PRESS) -
El grupo islamista Hezb-e-Islami ha reclamado al Gobierno de Afganistán que establezca un calendario para la retirada de las tropas extranjeras del país de cara a la firma de un acuerdo final de paz.
El 'número dos' del grupo, Mohamad Hakim Hakim, ha indicado en declaraciones a la emisora Radio Free Europe que este punto es el principal escollo de cara a la finalización del acuerdo.
Las declaraciones de Hakim han llegado unas semanas después de que Hezb-e-Islami, liderado por Gulbuddin Hekmatyar, asegurara que está dispuesto a alcanzar un acuerdo de paz con el Gobierno pese a la presencia de tropas internacionales en el país, retirando así una de sus condiciones previas al diálogo.
"Sólo queda el cinco por ciento de las fuerzas extranjeras en Afganistán, así que ¿es necesario exiliarlas con la guerra?", se preguntó Amin Karim, un alto cargo de la formación.
"Podemos, con un acuerdo afgano y una voz conjunta, poner en orden la situación y poner fin al motivo por el que las fuerzas extranjeras están en Afganistán", agregó.
Hekmatyar anunció en marzo que su formación estaba dispuesta a participar en el proceso de paz con el Gobierno, lo que fue aplaudido por Kabul. A mediados de mayo, el Gobierno firmó un acuerdo preliminar de paz con el grupo islamista que incluye la amnistía a sus miembros y la liberación de los detenidos.
Aunque el grupo ha jugado un papel menor en la insurgencia talibán en los últimos años y es probable que el acuerdo no tenga un impacto inmediato en la seguridad del país, su firma significa que los talibán están dispuesto a unirse a las negociaciones de paz, lo que para el presidente afgano, Ashraf Gahni, supone un avance en el intento de sacar a los grupos del campo de batalla e introducirlos en el proceso político.
LA FIGURA DE HEKMATYAR
Hekmatyar, una de las figuras 'muyahidin' de más relevancia durante la guerra contra la Unión Soviética en los ochenta, fue uno de los señores de la guerra que se vieron involucrados en una cruenta guerra civil tras la salida de las tropas soviéticas del país, que se saldó con cientos de miles de muertos, la mayoría de ellos civiles.
Durante dicho conflicto, los milicianos de Hekmatyar fueron responsables de gran parte de la destrucción de Kabul debido a sus continuos bombardeos contra la capital, que provocaron miles de víctimas civiles.
Posteriormente, accedió al cargo de primer ministro entre 1993 y 1994 --y de nuevo por un breve periodo de tiempo en 1996--, antes de que los talibán se hicieran con el control de la capital, provocando su huida a Irán, donde permaneció durante seis años en medio de la desconfianza por parte de Teherán.
Finalmente, fue expulsado del país en 2002 en medio de presiones por parte del Gobierno de Estados Unidos y el recientemente establecido Ejecutivo afgano de Hamid Karzai tras la invasión estadounidense del país para expulsar a los talibán del poder.
Ese mismo año, emitió un comunicado para llamar a la 'yihad' contra Estados Unidos por su presencia en Afganistán, tras lo que fue declarado en 2003 como un "terrorista global" por el Departamento del Tesoro estadounidense.
Tras varios años en la clandestinidad y continuas amenazas contra Estados Unidos e Irán por supuesto respaldo a Washington durante la guerra contra el Gobierno talibán en 2001, Hezb-e-Islami resurgió con fuerza en 2008 con una serie de atentados contra las fuerzas de seguridad y las tropas de la coalición.
Hekmatyar ha sido considerado por Kabul y la comunidad internacional como un líder insurgente más dispuesto a la apertura de un diálogo de paz que la cúpula talibán y Sirajuddin Haqqani, señor de la guerra pastún y líder de la Red Haqqani.