MADRID 21 Sep. (EUROPA PRESS) -
El partido-milicia chií libanés Hezbolá ha confirmado la muerte de catorce de sus miembros, incluido el comandante Ibrahim Akil, víctimas del último "bombardeo selectivo" de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) contra la capital del país, Beirut, en un suceso que se saldó con otros casi 70 heridos.
"Es con gran orgullo que la resistencia islámica presenta hoy a uno de sus grandes líderes como un mártir en el camino a Jerusalén, y promete a su alma pura permanecer leal a sus objetivos, esperanzas y camnio hasta la victoria", ha señalado Hezbolá en un comunicado recogido por la cadena Al Manar, afin al grupo.
Asimismo, la milicia libanesa ha recorado que Akil fue parte de "una de las heróicas operaciones durante el enfrentamiento ante la invasión israelí de Beirut a principios de los años 80", aludiendo así al ataque contra la Embajada de Estados Unidos en Líbano en 1983, y ha ensalzado su liderazgo desde los años 90.
Por otro lado, Hezbolá ha confirmado también la muerte de Ahmed Mahdmud Wehbe, un destacado comandante de la milicia que dirigió las operaciones de la Fuerza Radwan en el frente libanés desde el comienzo de las hostilidades en la región tras los ataques del Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás) del 7 de octubre.
Junto a Akil y Wehbe también han fallecido otra decena de miembros de Hezbolá, víctimas de un ataque aéreo israelí que en la víspera sacudió un edificio residencial del un barrio en el sur de Beirut y en un momento en el que la zona era testigo de un intenso movimiento de civiles, según han denunciado desde Líbano.
El Ministerio de Salud de Líbano confirmó ya en la víspera la muerte de 14 personas, mientras que otras cerca de 70 resultaron heridas, incluidas nueve que se encuentran en estado grave, por lo que no se descarta que la cifra de muertos pueda aumentar.
Israel, por su parte, confirmó horas después del ataque que el principal objetivo había sido Akil, líder de la citada Fuerza Radwan. Según las autoridades israelíes, el comando tenía planificado llevar a cabo una incursión terrestre contra el país como al estilo de los ataques de Hamás de hace casi un año.