PARÍS 19 Sep. (EUROPA PRESS) -
El presidente francés, François Hollande, ha abogado por destinar más esfuerzos y recursos para combatir un terrorismo que, según sus palabras, ha alcanzado una "nueva dimensión", dentro de un esperado discurso en el que también ha prometido revisar el sistema de indemnización para víctimas.
Más de 230 personas han perdido la vida en Francia desde principios de 2015 como consecuencia de acciones terroristas. Las víctimas han sido este lunes centro del mensaje, coincidiendo con el aniversario del ataque contra un avión que cubría la ruta entre Brazzaville y París en 1989.
Hollande ha depositado una corona de flores ante el monumento homenaje a las víctimas en París y posteriormente ha pronunciado un discurso en el que ha incidido de forma particular en el auge del terrorismo islamista y en los efectos que ha tenido en Francia desde el año 2012.
"El terrorismo ha cambiado de dimensión, nos ha declarado la guerra", ha advertido el mandatario galo, al aludir a un mismo "enemigo" con distintos nombres, en alusión a Al Qaeda y Estado Islámico. En este sentido, ha pasado página al terrorismo marcado por "incidentes aislados" y ha llamado a no dejar "solas" a las víctimas.
Hollande ha abogado por dar una "batalla constante" y ha reconocido que aún harán falta "más recursos" para combatir posibles amenazas, si bien no ha entrado en detalles. Francia vive bajo estado de emergencia desde la cadena de atentados perpetrada en París el 13 de noviembre de 2015.
REFORMA
El discurso de Hollande ha incluido también una alusión expresa al sistema de indemnización de las víctimas de atentados, criticado por varios beneficiarios. Según el presidente, se revisarán tanto el "funcionamiento" como las "reglas" del Fondo de Garantía para Víctimas de Actos de Terrorismo (FGTI).
El vicepresidente de una asociación que agrupa a víctimas del 13-N, Emmanuel Domenach, ha denunciado en el periódico 'Libération' los métodos "totalmente opacos" del fondo y la resolución "discrecional" de las solicitudes presentadas. Otras fuentes han alertado de una escasez de recursos habida cuenta de que se ha pasado "de una treintena de víctimas por año a más de 2.000".