RÍO DE JANEIRO, 9 Nov. (EUROPA PRESS) -
Los homicidios de mujeres negras en Brasil han aumentado un 54 por ciento en una década, pasando de 1.864 en 2003 a 2.875 en 2013, mientras que los de mujeres blancas han caído un 9,8 por ciento en el mismo periodo, pasando de 1.747 a 1.576, según los datos divulgados este lunes por el Mapa de la Violencia 2015.
El informe no abunda en las causas de tanta diferencia entre negras y blancas, aunque la escasez de servicios sociales a los que puede acceder la población más pobre de las periferias --mayoritariamente negra-- es uno de los factores principales.
Cada día mueren asesinadas en Brasil 13 mujeres, se producen 4,8 homicidios por cada 100.000 habitantes. Estas cifras sitúan a Brasil entre los países que más violencia ejercen contra las mujeres de entre los 84 que evalúa la Organización Mundial de la Salud, solo superadas por El Salvador, Colombia, Guatemala y Rusia.
Vitória, Maceió, João Pessoa y Fortaleza son las ciudades más peligrosas para las mujeres. En 2013 registraron más de 10 homicidios por cada 100.000 mujeres, mientras que en el otro extremo están São Paulo y Río de Janeiro, las ciudades con las menores tasas.
De entre todo el desglose por regiones destaca especialmente el crecimiento exponencial de la violencia que se ha producido en el estado de Roraima, donde las tasas de homicidios femeninos han crecido un 343,9 por ciento.
El informe evidencia los escasos resultados de la Ley Maria da Penha, aprobada en 2006 para atajar la violencia machista, ya que tan solo se registró una ligera caída al año siguiente y después las muertes volvieron a su trayectoria ascendente.
La Ley Maria da Penha fue revolucionaria en su momento porque establecía que era el agresor el que tenía que probar su inocencia y no la víctima la que tenía que hallar pruebas de la agresión, pero aún así la mayoría de maltratadores salen indemnes: tan solo el 7,4 por ciento han sido condenados o están a la espera de juicio.
El informe sale a la luz días después de la campaña #primeiroassedio, lanzada en las redes sociales para concienciar a la sociedad de que las mujeres sufren agresiones --no siempre tiene que ser físicas-- desde bien jóvenes y que propició un alud de testimonios en muchos casos estremecedores.
Además, el pasado 28 de octubre miles de mujeres protagonizaron en Río de Janeiro una histórica marcha feminista, que entre otras cosas cargaba contra las intenciones del presidente de la Cámara de Diputados, Eduardo Cunha, de convertir en crimen cualquier ayuda a una mujer a realizar un aborto.
En la manifestación también se oyeron gritos contra el 'número dos' del Ayuntamiento de Río de Janeiro, el secretario de coordinación Pedro Paulo, envuelto en un caso de malos tratos a su mujer que su partido, Movimiento Democrático de Brasil (PMDB), ha intentado silenciar alegando que se trata de un asunto privado.