TEGUCIGALPA 22 Nov. (EUROPA PRESS) -
El 58,3 por ciento de los hondureños estuvo en contra de la destitución del ex mandatario Manuel Zelaya el 28 de junio de 2009, mientras el 61,1 por ciento reconoce que su salida del poder sí fue producto de un golpe de Estado y no de una sucesión, según señala un estudio divulgado este lunes por el diario local 'El Heraldo'.
El informe 'Barómetro de las Américas: Cultura política de la democracia en Honduras 2010', de la Universidad de Vanderbilt, en Estados Unidos, revela que la mayoría de los hondureños todavía rechaza algunas de las medidas adoptadas en torno a Zelaya, a casi año y medio de su derrocamiento.
Según el estudio, el 72,7 por ciento se mostró contrario a la idea de trasladar forzosamente a Zelaya a Costa Rica, en lugar de enjuiciarlo. El 41,7 por ciento de los encuestados tuvo una posición a favor de su derrocamiento, mientras que apenas el 27,3 por ciento estuvo de acuerdo con enviarlo al exilio.
Asimismo, el Barómetro de las Américas desveló que el 75,9 por ciento de los ciudadanos estaba en contra de la consulta popular que iba a hacer Zelaya el mismo día del golpe de Estado, desafiando las órdenes del Poder Judicial, el Congreso, la Fiscalía y el Tribunal Supremo de Justicia.
A este respecto, el 70 por ciento de los consultados dijo no estar a favor de la propuesta del mandatario depuesto de instalar en Honduras una Asamblea Nacional Constituyente --elegida por los propios ciudadanos-- para reformar las Carta Magna.
"Casi tres cuartas partes de los hondureños se opone a modificar la Constitución de Honduras para permitir la reelección presidencial", señala el informe.
Zelaya fue depuesto de su cargo el mismo día en el que tenía programada una encuesta en la que preguntaría a los hondureños si estaban de acuerdo con instalar una cuarta urna en los comicios de noviembre de 2009, en la que sometería a votación el proyecto de reforma constitucional.
Un grupo de militares sacó a Zelaya de casa y lo trasladó en un avión a Costa Rica, donde permaneció unas semanas. Una vez fuera de Honduras, el Congreso aprobó por unanimidad nombrar a Roberto Micheletti como mandatario interino, decisión que fue duramente condenada por la comunidad internacional.
Micheletti estuvo en la Presidencia hasta el pasado 27 de enero, fecha en la asumió el poder Porfirio Lobo, electo en los comicios del 29 de noviembre, en medio de una crisis política y a pesar del rechazo de varios jefes de Estado del mundo.
MEDIDAS
Pese a este marcado rechazo, seis de cada 10 hondureños están satisfechos con las medidas que adoptaron las autoridades para solucionar la crisis política que se desató tras el golpe de Estado, la más radical en esa nación centroamericana en los últimos 20 años.
Entre esas medidas destacan la instalación de una Comisión de la Verdad y la Reconciliación para investigar los eventos antes, durante y después del golpe de Estado de junio de 2009.
No obstante, el 31,2 por ciento confiesan que hubiesen preferido que la solución pasara por la restitución de Zelaya hasta enero de 2011, mientras que el 29,8 por ciento consideraba necesario que Micheletti estuviese en el cargo hasta el traspaso de poderes en enero.
'Barómetro de las Américas: Cultura política de la democracia en Honduras 2010', de la Universidad de Vanderbilt, en Tennessee, fue publicado la semana pasada mediante el proyecto Opinión Pública de América Latina (LAPOP) que contó con el apoyo de la Agencia de lEstados Unidos para el Desarrollo (USAID), precisa 'El Heraldo'.