MADRID 21 Jun. (EUROPA PRESS) -
El presidente de Honduras, Juan Orlando Hernández, ha ordenado este jueves el despliegue de militares para ayudar a la Policía después de que dos personas murieran y más de una decena resultaran heridas debido a los enfrentamientos entre policías y manifestantes en una nueva jornada de protestas contra el mandatario.
Hernández ha indicado que se ha reunido con el Consejo Nacional de Defensa y Seguridad para analizar la situación y ha detallado que entre las resoluciones que se han tomado está "instruir el despliegue nacional de las Fuerzas Armadas, Policía, Inteligencia y órganos que dependen del Ejecutivo para garantizar el derecho a la libertad de locomoción, protección de propiedad privada/pública y desde luego la protección de integridad de la población", según ha anunciado por su cuenta en la red social Twitter.
Además, el mandatario hondureño ha expresado su "respaldo total al proceso de transformación policial y su consolidación" y ha agradecido "el respaldo de la cooperación internacional".
El Hospital Escuela de Tegucigalpa ha informado este jueves de que 21 personas ingresaron la noche del miércoles (hora local), de los cuales 17 tienen heridas por arma de fuego, incluido un menor de edad.
Uno de los heridos graves, identificado como Luis Antonio Maldonado, de 29 años de edad, "ingresó con un diagnóstico de trauma craneoencefálico abierto por proyectil de bala disparado por arma de fuego", pero murió horas después, ha dicho el centro médico en un primer momento.
Posteriormente, el Hospital Escuela ha anunciado en otros comunicado que Erick Peralta, de 38, que tenía una herida de arma blanca y un traumatismo en el tórax y el abdomen ha tenido que ser intervenido de urgencia, tras lo cual ha fallecido.
"Los demás pacientes fueron estabilizados y continúan en observación de los médicos especialistas", ha indicado el Hospital Escuela.
La Policía Nacional, por su parte, se ha limitado a informar sobre "una serie de hechos vandálicos suscitados en varios puntos del territorio nacional, ocasionando pérdidas económicas y daños a los comercios", lo que ha provocado el despliegue de varios operativos "para restablecer el orden y propiciar la tranquilidad de la población afectada".
El epicentro de las protestas contra Hernández ha sido una vez más Tegucigalpa, donde se han bloqueado carreteras con barricadas incendiadas y se han saqueado comercios, restaurantes y gasolineras. Los disturbios se han repetido en numerosas ciudades, según el diario hondureño 'El Tiempo'.
El secretario de Seguridad, Jair Meza, ha anunciado este jueves en rueda de prensa que más de una decena de personas han sido detenidas por los disturbios en Tegucigalpa y San Pedro Sula, entre otros lugares, de acuerdo con 'El Heraldo'.
Meza ha indicado que la Policía Nacional ha trabajado durante toda la noche para desbloquear calles y carreteras y ha garantizado que las vías seguirán liberadas este jueves, aunque se prevén nuevas protestas.
ACUERDO CON LOS TRANSPORTISTAS
Por otra parte, el Gobierno ha alcanzado un acuerdo con transportistas de carga, cuya huelga había empezado a provocar desabastecimiento de combustibles, según la agencia de noticias Reuters.
"Acabamos de concluir una larga pero productiva reunión con los representantes del sector de transporte de carga y se ha llegado a acuerdos en los puntos más importantes que habían solicitado", ha dicho Hernández tras firmar el compromiso que dio por finalizado el paro.
Desde hace casi dos meses, los gremios de maestros y médicos se encuentran en pie de lucha contra la privatización de los servicios de educación y salud. Además, exigen la renuncia de Hernández, al que acusan de "usurpador" y de haberse sido reelegido en 2017 violentando la Constitución.
Ambos gremios han suspendido las labores en las escuelas públicas y los servicios de consulta externa en los hospitales, mientras otros se han unido con quemas de neumáticos y bloqueos de carreteras en el país.
Las manifestaciones antigubernamentales comenzaron en mayo contra dos decretos ejecutivos, conocidos como PCM-026 y PCM-027, que fueron interpretados como el primer paso para privatizar la sanidad y la educación de la nación centroamericana.
Hernández dio marcha atrás ante la creciente contestación popular, pero las protestas en las calles han continuado y han ido en aumento hasta reclamar directamente la dimisión de Hernández.