MADRID, 27 Jul. (EUROPA PRESS) -
El Gobierno de Hong Kong ha anunciado este lunes que algunas de las medidas restrictivas que ya habían desaparecido con la desescalada, como el uso obligatorio de la mascarilla y el cierre de bares y restaurantes, volverán a imponerse para frenar el aumento de los contagios, que en las últimas horas ha anotado una cifra de récord de 145 nuevos casos.
La principal medida adoptada este 27 de julio por el Gobierno de Carrie Lam es que la mascarilla será obligatoria en todos los lugares públicos, tanto en los abiertos, donde hasta ahora se estaba exento, como en los cerrados, donde su uso ya era imperativo desde la semana pasada. Solo se salvan los menores de 2 años y quienes presenten una "excusa razonable", como una enfermedad. Los infractores se enfrentarán a una multa de 5.000 dólares hongkoneses (unos 550 euros).
Las autoridades hongkonesas también han vuelto a prohibir las reuniones de más de dos personas, salvo las que incluyan miembros de una misma familia que vivan juntos, y han ordenado de nuevo el cierre de bares y restaurantes, así como de las piscinas públicas, durante al menos una semana, según recoge el diario local 'South China Morning Post'.
"Considerando los últimos acontecimientos, con casos de personas que no llevan mascarilla y actividades sociales de riesgo, debemos fortalecer las medidas de distancia social", ha dicho el jefe de Gabinete, Matthew Cheung, pidiendo a los hongkoneses que "se queden en casa en la medida de lo posible".
Hong Kong ha registrado por sexto día consecutivo más de cien nuevos casos de coronavirus, con 145 en las últimas 24 horas, con lo que el total se eleva ya 2.778. Cheung ha explicado que el principal problema es que "hay muchos casos no rastreables", lo que dificulta cortar la cadena de contagios.
El Gobierno de Lam ha puesto en marcha una campaña de test de COVID-19 en cuatro grandes grupos de población considerados de riesgo --trabajadores sanitarios y de residencias para ancianos y personas con discapacidad, empleados de locales de comida y taxistas-- con la que pretende alcanzar a 400.000 personas.
Ahora, las pruebas diagnósticas para el coronavirus se extenderán a otros sectores como los conductores de autobuses, los trabajadores de mercados y supermercados y los profesores.
A pesar de la gravedad de la situación, el jefe de Gabinete ha aclarado que por ahora no se está sopesando volver a una cuarentena. "El confinamiento es una medida muy seria (...) que implica graves consecuencias", ha declarado.