Actualizado: sábado, 13 febrero 2016 5:26

PERTH, Australia 13 Feb. (Reuters/EP) -

Los médicos del hospital infantil Lady Cilento, en la ciudad australiana de Brisbane, se niegan a dar el alta a una niña pequeña que se enfrenta a ser repatriada junto a su familia a un campo de detención para inmigrantes en la isla de Nauru, en Micronesia, ejerciendo presión sobre el Gobierno por su estricta política de asilo.

La pequeña, de 1 año, fue ingresada para recibir tratamiento por unas quemaduras y desde el hospital aseguran que no será dada de alta hasta que "se identifique un ambiente familiar adecuado" para ella, según ha indicado un portavoz del centro médico.

La niña y sus padres se enfrentan a una orden de repatriación hacia un campamento ubicado en la pequeña isla de Nauru, en el Pacífico Sur, a unos 3.000 kilómetros al noreste de Australia. Este centro, que alberga a más de 500 personas, ha recibido duras críticas por las duras condiciones que existen y por las numerosas denuncias de sistemáticos abusos a menores.

"Todas las decisiones en relación a los tratamientos y las altas de los pacientes las toma el personal clínico cualificado, basándose en una evaluación exhaustiva de las condiciones clínicas del paciente y de sus circunstancias", ha afirmado el hospital en un comunicado.

En este sentido, el centro ha asegurado que la decisión de no dar el alta a un menor hasta que se pueda garantizar un ambiente adecuado "ocurre con cada niño que entra en el hospital".

A principios de este mes, el Alto Tribunal rechazó un caso que desafiaba el derecho del país a deportar a 267 niños refugiados y a sus familias, que habían sido trasladados a Australia desde Nauru para recibir tratamiento médico.

El primer ministro, Malcolm Turnbull, sostiene que los solicitantes de asilo serán tratados "con compasión" y que se decidirá la deportación "caso por caso".

PRESIÓN AL GOBIERNO

Un grupo de manifestantes que se oponen a la detención de solicitantes de asilo se ha concentrado alrededor del hospital a última hora del viernes para mostrar su apoyo al personal médico y para exigir el cierre de estos centros de detención fuera del país. Para este sábado hay otras manifestaciones del mismo tipo previstas.

Las declaraciones del hospital, aunque no políticas, añaden presión al Gobierno australiano y a su política de enviar a los solicitantes de asilo que intentan entrar en el país por mar a unos campamentos ubicados en la isla de Nauru o en Manus, en Papúa Nueva Guinea, y de no ofrecer ningún tipo de reasentamiento en Australia.

El Ejecutivo defiende su postura en base a la necesidad de acabar con los naufragios de embarcaciones no aptas para navegar fletadas con solicitantes de asilo a los que los traficantes de personas embarcan desde Indonesia. La cifra de inmigrantes que tratan de llegar a Australia es muy pequeña si se compara con los que llegan a Europa, pero la seguridad en la frontera es un tema político muy candente en Australia, que celebrará elecciones nacionales a finales de año.

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