MADRID, 27 Jul. (EUROPA PRESS) -
Human Rights Watch (HRW) ha acusado este martes a Israel y a grupos armados palestinos de posibles crímenes de guerra en los combates en mayo en la Franja de Gaza, al tiempo que ha hecho hincapié en la necesidad de que el Tribunal Penal Internacional (TPI) investigue estos hechos.
La ONG ha indicado que ha investigado tres bombardeos israelíes que mataron a 62 civiles palestinos sin que hubiera objetivos militares "evidentes", antes de resaltar que los grupos armados palestinos llevaron a cabo "ataques ilegales" al lanzar más de 4.360 proyectiles contra centros de población israelíes.
"Las fuerzas israelíes llevaron a cabo ataques en Gaza en mayo que devastaron familias completas sin que hubiera objetivos militares aparentes en los alrededores", ha dicho Gerry Simpson, director asociado de Crisis y Conflicto en HRW.
Así, ha manifestado que "la consistente falta de voluntad de las autoridades israelíes de investigar seriamente los supuestos crímenes de guerra, así como los ataques con cohetes por parte de las fuerzas palestinas contra centros de población israelíes, subrayan la importancia de la investigación del TPI".
Los combates mataron a 260 palestinos, incluidos cerca de 130 civiles --entre ellos 66 niños--, según datos de Naciones Unidas. El Ministerio de Sanidad gazací indicó que cerca de 2.000 palestinos habían resultado heridos, incluidos más de 600 niños.
Por su parte, las autoridades israelíes confirmaron la muerte de doce civiles, incluidos dos niños, una mujer india y dos ciudadanos filipinos, mientras que varios palestinos murieron en Gaza por el impacto de proyectiles disparados desde el enclave.
HRW ha entrevistado a 30 palestinos que fueron testigos, son familiares de civiles muertos o residentes de las zonas atacadas, al tiempo que ha visitado la zona de cuatro de los bombardeos. Así, ha dicho que, si bien su investigación se ha centrado en estos ataques, otros más podrían ser igualmente ilegales.
En el primero de estos ataques, ejecutado el 10 de mayo cerca de Beit Hanun, un misil guiado impactó cerca de cuatro casas de una misma familia, matando a ocho civiles, entre ellos seis niños. El 15 de mayo, una bomba guiada destruyó un edificio de tres plantas en el campamento de refugiados de Al Shati, matando a diez civiles, entre ellos ocho niños.
Por otra parte, una serie de bombardeos ejecutados el 16 de mayo contra la calle Al Uahda de Ciudad de Gaza provocaron el derrumbe de tres edificios en la zona, matando a 44 civiles, tras lo que el Ejército israelí afirmó que atacó túneles y centros de mando subterráneos de Hamás.
Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) indicaron el 13 de julio en respuesta a una carta de HRW que "ataca exclusivamente objetivos militares tras un análisis del potencial daño colateral que puede provocar el ataque" y que "hace esfuerzos concertados para reducir los daños a personas no implicadas (en los combates)".
INVESTIGACIONES NACIONALES E INTERNACIONALES
HRW ha recordado que, pese a que pidió el 30 de mayo permiso para entrar en Gaza para realizar más investigaciones, las autoridades israelíes rechazaron el 26 de julio la petición, algo que han hecho de forma continuada desde 2008, salvo en una ocasión para una visita en 2016.
Por ello, ha resaltado que los socios de Israel, y particularmente Estados Unidos, deberían condicionar este apoyo a que Israel dé pasos concretos y verificables sobre una mejora de su cumplimiento del Derecho Humanitario e investigue crímenes cometidos en el pasado.
El informe de HRW se centra en los ataques llevados a cabo por Israel, dado que publicará próximamente un informe separado sobre los ataques con proyectiles por parte de grupos armados palestinos, que ha descrito como "inherentemente indiscriminados" debido al tipo de cohetes utilizados.
La ONG ha subrayado además que las autoridades judiciales de otros países deben investigar y juzgar a los supuestos responsables de estos crímenes bajo sus leyes nacionales, al margen de las pesquisas abiertas por el TPI y la investigación iniciada por Naciones Unidas sobre los combates.
"Las autoridades israelíes y palestinas han mostrado poco o ningún interés a la hora de abordar los abusos por parte de sus fuerzas, por lo que las instituciones judiciales globales y nacionales deben dar un paso al frente para romper el círculo vicioso de ataques ilegales e impunidad por crímenes de guerra", ha argüido Simpson.
"Estas investigaciones deben abordar el contexto general, incluido el aplastante cierra de Gaza por parte del Gobierno de Israel y sus crímenes de apartheid y persecución contra millones de palestinos", ha señalado.
LOS BOMBARDEOS INVESTIGADOS
HRW ha apuntado que sus investigaciones en Beit Hanun incluyen declaraciones de varios testigos y víctimas, entre ellos el hijo de Mohamed Atalá, uno de los muertos. "Estaba con mis hermanos, metiendo cebada en sacos. De pronto, vi algo que venía hacia nosotros desde el este", ha relatado.
"Cuando lo vi por primera vez estaba alto en el cielo, pero descendió gradualmente en nuestra dirección y estalló a un metro del suelo. Algo me golpeó en el ojo, el abdomen y las piernas. Volé por los aires y caí al suelo. No perdí la consciencia. Vi que mi hermano Ahmed, mi hermana Rahaf y mi primo Yazan estaban muertos. Sus cuerpos estaban destrozados. Fue horrible", ha reseñado.
La ONG ha puntualizado que las afirmaciones oficiales de las autoridades israelíes son poco claras y contradictorias, después de que apuntaran que las víctimas habían muerto por el impacto de proyectiles disparados por Yihad Islámica para agregar posteriormente que eran "activistas" muertos en operaciones israelíes.
En el caso del bombardeo en Al Shati, que acoge a cerca de 90.000 personas y es considerado uno de los lugares más densamente poblados del mundo, ha indicado que no ha encontrado pruebas sobre la presencia de objetivos militares y ha resaltado que los testigos dicen no tener constancia de la presencia de milicianos.
Alaa abú Hatab, propietario del edificio destruido en el ataque, ha señalado que no hubo avisos por parte del Ejército de Israel y ha agregado que escuchó una explosión "muy potente" cerca de 15 minutos después de salir del inmueble.
"Fui corriendo hacia el humo y vi que era mi casa. Era todo escombros", ha dicho. Estaba en shock y me desmayé. Cuando recuperé la consciencia, vi a trabajadores de rescate buscando cuerpos debajo de los escombros y retirando pedazos de cuerpos", ha añadido.
"No había milicianos ni en mi casa ni cerca y no había cohetes ni lanzacohetes ahí. Aún no sé por qué bombardearon mi casa y mataron a mi esposa, mis hijos, mi hermana y sus hijos. ¿Qué pecado cometieron?", se ha preguntado.
Por último, HRW ha apuntado que las pesquisas sobre los bombardeos contra la calle Al Uahda apuntan a que no había objetivos militares y ha agregado que el Ejército israelí no ha presentado pruebas que respalden lo contrario.
Omar Abú al Auf, el único superviviente de su familia e hijo de Aiman, jefe de medicina interna en el hospital Al Shifa de Gaza --el más importante en el enclave--, ha dicho que estaba sentado con su familia en el salón cuando escucharon varias explosiones "potentes".
"Tras la primera, mi madre quiso huir del edificio, pero mi padre se negó y dijo que no era posible que nos estuvieran atacando, dado que vivimos en un área civil. "Luego cuatro explosiones sacudieron nuestra casa. Todas pasaron en cerca de cinco segundos", ha resaltado.
Al Auf ha sostenido que permaneció junto a su hermana cerca de 15 minutos, tras lo que falleció. "No sabía dónde estaba mi padre. Escuché a mi madre rezar y después se calló. Mi hermano aún estaba vivo", ha dicho. "¿Por qué mataron a mi familia y me dejaron huérfano? Hasta ese día, teníamos una casa. Tenía una familia. Cada miembro de la familia tenía un sueño. Todo desapareció en un segundo", ha lamentado.