Archivo - Daños materiales tras el ataque en abril de 2022 contra la estación de tren de Kramatorsk, en Ucrania - Europa Press/Contacto/Seth Sidney Berry - Archivo
La ONG reclama que los responsables del "terrible" ataque con bombas de racimo sean juzgados
MADRID, 21 Feb. (EUROPA PRESS) -
La organización no gubernamental Human Rights Watch (HRW) ha afirmado este martes que el ataque ejecutado por Rusia en abril de 2022 contra la estación de tren de la ciudad ucraniana de Kramatorsk, que se saldó con decenas de civiles muertos, podría equivaler a un crimen de guerra.
En su informe 'Muerte en la estación: el ataque ruso con munición de racimo en Kramatorsk', la organización resalta que cientos de civiles se encontraban en la estación cuando un misil que portaba munición de racimo explotó en el lugar, matando a 59 personas e hiriendo a más de cien.
Así, ha indicado que debe investigarse a los comandantes rusos responsables de dar la orden de ataque, en el que se usó un arma indiscriminada contra lo que era además un punto de evacuación de civiles en el marco de la invasión del país.
"El terrible e ilegal ataque de Rusia contra la estación de tren de Kramatorsk mató e hirió a civiles que intentaban desesperadamente huir de los combates", ha denunciado el investigador para Crisis y Conflicto de HRW, Richard Weir, quien ha indicado que "los efectos brutales de las municiones de racimo contra grupos de gente deben una llamada de atención para que las fuerzas rusas dejen de usar estas armas prohibidas".
HRW ha detallado que entrevistó a cerca de 70 personas en Kramatorsk entre el 14 y el 24 de mayo de 2022, tras lo que la ONG y SITU Research analizaron más de 200 vídeos y fotografías, así como imágenes por satélite para intentar esclarecer el suceso.
El misil balístico estalló sobre la estación a las 10.28 horas (hora local), liberando decenas de submuniciones que explotaron al tocar le suelo. Una mujer que esperaba en el andén con su familia ha relatado que "cuando tuvieron lugar las primeras explosiones, no entendían que pasaba".
"Cuando la gente empezó a gritar entendí que era algo terrible. Caímos al suelo, pero mi suegra (de 72 años) no reaccionó suficientemente rápido y se quedó sentada. Una de sus piernas salió despedida y sufrió una fractura en la otra, tras lo que murió", ha dicho.
Un conductor de ambulancia que llegó al lugar minutos después del ataque ha contado que "la gente estaba llorando por todas partes". "Eran lamentos muy, muy dolorosos. Escuché llorar a gente a la que le quedan 20 ó 40 segundos de vida. Escuché sus últimos lamentos antes de la muerte. Vi en el suelo miembros, miembros de niños", ha añadido.
HRW ha especificado que el arma utilizada fue un misil balístico Tochka-U tipo 9M79K-1 y ha detallado que la submunición utilizada fue la 9N24, que contiene 1,45 kilogramos de explosivos y se divide en más de 315 fragmentos, según el fabricante.
La organización ha indicado que tanto Rusia como Ucrania tienen en sus arsenales este tipo de misiles y ha puntualizado que, si bien Moscú ha defendido en todo momento que ya no los usa, ha encontrado pruebas de que las fuerzas rusas tenían vehículos de lanzamiento, equipo de transporte y misiles Tochka en la aldea de Kunie, al noroeste de Kramatorsk y dentro del rango de tiro, en el momento del ataque.
El director de SITU Research, Brad Samuels, ha hecho hincapié en que "las municiones de racimo son, por definición, indiscriminadas" y ha reseñado que "el uso por parte de Rusia de este arma contra la estación de tren de Kramatorsk, un punto conocido para evacuaciones civiles, es horrible".
"Todos los países deben condenar de forma inequívoca este ataque y cualquier otro uso de municiones de racimo. El ataque debe ser investigado y los responsables deben ser llevados ante la justicia", ha apostillado.