MADRID, 20 Jun. (EUROPA PRESS) -
Las ONG Human Rights Watch (HRW) y Amnistía Internacional (AI) han instado este miércoles a las autoridades de Gambia a abrir una investigación exhaustiva sobre la muerte a manos de la Policía de dos manifestantes que protestaban este lunes contra la explotación minera en la localidad de Faraba, en los alrededores de la capital, Banjul.
"El Gobierno de Gambia debe acelerar la puesta en marcha de las reformas necesarias para garantizar que las fuerzas de seguridad cuentan con la supervisión, el entrenamiento y el equipamiento necesario para sofocar manifestaciones según los estándares internacionales", han aseverado las organizaciones en un comunicado conjunto.
Según varios testigos, la Policía disparó contra los manifestantes en Faraba, lo que se saldó con las muertes de Bakary Kujabi y Ismaila Bah, así como con otros seis heridos. El presidente, Adama Barrow, lamentó poco después "la pérdida de vidas" y anunció "la suspensión de las actividades de minería hasta nuevo aviso".
Asimismo, las autoridades han señalado que cinco agentes de Policía se encuentran bajo custodia por lo sucedido y serán suspendidos mientras se lleva a cabo una investigación al respecto. "El presunto uso excesivo de la fuerza por parte de la Policía ha levantado en el país viejas ampollas", ha aseverado la investigadora de Amnistía Internacional para África Occidental, Sabrina Mahtani.
"La promesa por parte del Gobierno de investigar lo sucedido es un paso positivo. Los gambianos deben poder manifestarse con seguridad y sin miedo a que se haga un uso excesivo de la fuerza", ha afirmado.
Según informaciones recogidas por el portal local de noticias Jollof News, la manifestación en cuestión fue convocada para protestar contra un proyecto de extracción de arena en la localidad y derivó en enfrentamientos con la Policía.
Varios periodistas que se encontraban en la zona han explicado a HRW que los agentes "se bajaron del vehículo y abrieron fuego de forma indiscriminada contra los manifestantes sin emitir ningún tipo de aviso previo".
La organización ha señalado, a su vez, que un grupo de testigos informaron de que los manifestantes tiraron piedras y quemaron varios vehículos, lo que dejó una decena de policías heridos. El jefe de la Policía, Landing Kinteh, aseguró el lunes en un comunicado que las fuerzas de seguridad en ningún momento "tenían órdenes de abrir fuego" contra la población.
Los incidentes tuvieron lugar tras varias semanas de malestar en la localidad de Faraba por este tipo de explotación minera debido a las denuncias sobre el impacto ambiental de la misma.
No es la primera vez que las protestas desatan episodios violentos en el país. El pasado 26 de mayo, otra manifestación contra la extracción de arena para la construcción provocó enfrentamientos con la Policía, que utilizó gases lacrimógenos y pelotas de goma para dispersar a los manifestantes.
Los residentes de Faraba han alertado de que la extracción podría dañar los cultivos de arroz, principal fuente de alimentos de la zona.
"La Policía de Gambia tiene un amplio historial en relación con el uso excesivo de la fuerza contra manifestantes", ha indicado el investigador de HRW para Áfica Occidental, Jim Wormington, que ha insistido en que el "Gobierno gambiano debe mostrar que puede realizar una investigación creíble y apropiada para llevar ante la justicia a los responsables de dichos abusos".