MADRID, 25 Abr. (EUROPA PRESS) -
La organización no gubernamental Human Rights Watch (HRW) ha criticado este lunes que las autoridades chinas en la región de Xinjiang, hogar de la minoría musulmana uigur, hayan prohibido que se ponga a los bebés nombres con significados islámicos.
Si bien en 2015 se publicó una lista de 'nombres prohibidos' en la zona de Hotan, en el sur de la región, recientemente se ha extendido esta prohibición a todo Xinjiang. La semana pasada, fuentes oficiales confirmaron a Radio Free Asia (RFA) que entre los nombres incluidos en la 'Normativa para nombrar en las minorías étnicas' están Islam, Corán, Meca, Yihad, Imam, Sadam o Hajj.
En conversación telefónica con RFA, un empleado de una comisaría de la Policía de Urumqi, la capital regional, confirmó que están prohibidos los nombres que sean "demasiado religiosos" y que cualquier recién nacido que sea registrado con estos nombres quedará excluido del sistema que da acceso a la asistencia sanitaria y a la educación.
La directora de HRW para China, Sophie Richardson, ha asegurado que esta decisión es "la última" de "una serie de nuevas regulaciones dirigidas a restringir la libertad religiosa en nombre de la lucha contra el denominado extremismo religioso".
A principios de mes, las autoridades en esta zona ya impusieron una norma para prohibir barbas "anormales" o velos en espacios públicos, que HRW ha considerado una "obvia violación de la protección internacional y nacional del derecho a la libertad de creencias y religión".
"Cuando los padres deciden qué nombre poner a sus bebés --un debate además de alegre, privado--, tienden a tomar una decisión en base a las esperanzas del niño, a los nombres familiares o a alguna tradición", ha explicado Richardson en un comunicado.
"Sin embargo, pocos de ellos sueñan con que tienen que consultar en una lista de nombres prohibidos, la última restricción absurda que el Gobierno chino ha impuesto a la sociedad en la región de Xinjiang, donde residen diez millones de uigures musulmanes", ha explicado.
Las autoridades chinas vinculan a la minoría uigur con el extremismo islamista. Esta etnia musulmana, por su parte, denuncia persecución por parte de Pekín.
En este contexto, Richardson ha criticado la "feroz represión" por parte del Gobierno chino, algo que asegura no es ninguna "solución". Al contrario, ha señalado que estas medidas sólo "profundizarán el resentimiento" entre los uigures, por lo que ha instado a "revertir" las políticas "represivas", en lugar de "duplicarlas".