Actualizado: miércoles, 21 septiembre 2016 3:43

MADRID 21 Sep. (EUROPA PRESS) -

La organización no gubernamental Human Rights Watch (HRW) ha criticado este martes la condena por parte de un tribunal de Tailandia al activista británico Andy Hall, tras una demanda por difamación después de que denunciara abusos laborales en el país.

Hall, que contribuyó a un informe de Finnwatch publicado en 2013 que alegaba que la Compañía Nacional de Frutas abusaba de sus trabajadores, ha sido condenado a una pena suspendida de tres años de cárcel y al pago de una multa de 150.000 baht (unos 3.850 euros).

La condena a Hall ha quedado en suspenso durante dos años, por lo que no irá a la cárcel. La Embajada de Reino Unido en Bangkok ya ha adelantado que tratará el asunto con las autoridades tailandesas.

La ONG ha resaltado que el juicio contra Hall "demuestra lo vacío del apoyo del primer ministro, Prayuth Chan Ocha, a la Declaración sobre Refugiados y Migrantes de la Asamblea General de Naciones Unidas".

"La condena a Andy Hall es un duro golpe al muy necesario trabajo de investigación e información sobre las violaciones de los derechos laborales en Tailandia", ha dicho el director de HRW para Asia, Brad Adams.

"En vez de castigar al mensajero, el Gobierno debería investigar a fondo los abusos contra trabajadores migrantes y presionar a las compañías para que respeten sus derechos", ha agregado.

En declaraciones concedidas a la cadena de televisión británica BBC antes de entrar al tribunal a escuchar el veredicto, el propio Hall resaltó que sería "increíblemente injusto" que fuera condenado.

Sin embargo, expresó su satisfacción por el hecho de que su caso haya atraído una importante atención internacional a la situación de los trabajadores migrantes en Tailandia.

"El Gobierno tailandés debería reconocer que la libertad para investigar los abusos empresariales es fundamental para garantizar que se rinde cuentas bajo la legislación del país", ha subrayado Adams.

Por último, ha resaltado que "las compañías internacionales que trabajan en Tailandia deberían presionar a las autoridades y los exportadores para que no usen cargos criminales para silenciar a críticos y obstruir investigaciones sobre violaciones de los Derechos Humanos".

Por su parte, la directora ejecutiva de Finnwatch, Sonja Vartiala, ha dicho que "Andy ha sido el chivo expiatorio para acallar otras voces que hablan de forma legítima en apoyo a los derechos de los trabajadores migrantes".

"Es un día triste para la libertad de expresión en Tailandia. Tememos que muchos otros defensores de los Derechos Humanos y víctimas de los abusos de compañías se asusten tras este veredicto", ha remachado.

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