MADRID, 12 Jul. (EUROPA PRESS) -
La organización no gubernamental Human Rights Watch (HRW) ha criticado este lunes la detención de cuatro personas, entre ellas un periodista, por realizar campaña contra el borrador de Constitución presentado por el Ejército.
Según las informaciones facilitadas por el diario tailandés 'The Nation', los cuatro fueron detenidos después de que la Policía registrara su vehículo y encontrara panfletos contra el borrador.
Los detenidos son el periodista Tawisak Kerdpoka y tres activistas del grupo Movimiento Nueva Democracia identificados como Pakorn Arikul, Anucha Rungmorakot y Anan Laoked.
"El arresto de activistas pacíficos es suficientemente malo, pero encarcelar a un periodista por informar sobre la campaña 'Vota No' es un duro golpe a la libertad de prensa en Tailandia y a las esperanzas de que el referéndum sea justo", ha dicho el director de HRW para Asia, Brad Adams.
"Cada día que pasa, la junta de Tailandia está minando la legitimidad de su propio referéndum", ha manifestado, al tiempo que ha reclamado la liberación de los activistas y la retirada de los cargos presentados contra ellos.
En este sentido, Adams ha reclamado a Naciones Unidas y a los aliados internacionales de Tailandia que "presionen" al líder de la junta, Prayuth Chan Ocha, para que "ponga fin inmediatamente al arresto arbitrario de críticos y disidentes".
"La junta no puede esperar que el pueblo tailandés se calle y vote sobre el borrador de Constitución sin debate alguno", ha remachado.
El proyecto de Constitución elaborado por las autoridades militares ha sido rechazado por las principales fuerzas políticas y la junta militar ha prohibido hacer campaña política en contra o a favor del nuevo texto, que será sometido a referéndum en agosto de 2016.
Desde que los generales se hicieron con el poder, ha habido pocas manifestaciones en Tailandia pero en las últimas semanas se ha observado una mayor oposición a la junta castrense.
Los críticos con el régimen de Bangkok sostienen que el texto constitucional dará más poder a las Fuerzas Armadas y no pondrá fina las divisiones que han marcado la situación política en el país durante más de una década.
La junta militar ha negado que busque mantenerse en el poder con la nueva Constitución y ha subrayado que el texto permitirá poner fin a las diferencias políticas y garantizará un país más estable y con menos corrupción.
En el centro de la crisis política tailandesa se sitúa el enfrentamiento entre las fuerzas populistas que lograron el apoyo de la población rural y la clase política de Bangkok, dominada por la influencia de los militares.