Cerca de 500.000 personas han sido deportadas desde el inicio de la campaña contra los inmigrantes ilegales, en 2013
MADRID, 10 May. (EUROPA PRESS) -
Las autoridades saudíes han llevado a cabo una campaña coordinada desde 2013 para detener y deportar a cientos de miles de trabajadores inmigrantes sin papeles, como resultado de los abusos existentes contra algunos de ellos, según ha denunciado hoy Human Rights Watch (HRW) en un informe.
El documento recoge las entrevistas realizadas a 60 trabajadores deportados a Yemen y Somalia que sufrieron serios abusos. Todos ellos han descrito las palizas y detenciones en pésimas condiciones antes de que fueran expulsados del país. Muchos de los deportados no podían comprar comida ni pagar el viaje de regreso, en muchos casos porque la policía saudí confisca de manera arbitraria sus pertenencias personales, según HRW.
"Muchos de los cientos de miles de inmigrantes que Arabia Saudí ha deportado en el último año y medio han sido enviados de vuelta a lugares donde su seguridad está amenazada", ha explicado la directora de HRW para Oriente Próximo y el norte de África, Sarah Leah Whitson. "Arabia Saudí debería tratar con respeto y decencia a todos los inmigrantes, independientemente de su estatus, y proporcionarles un proceso legal justo que incluya el derecho a impugnar su deportación", ha añadido.
Arabia Saudí dejó de deportar a ciudadanos de Yemen a finales de marzo de 2015, debido al conflicto desatado en ese país, en el que participan las fuerzas armadas saudíes. En abril, las autoridades saudíes anunciaron que todos los 'sin papeles' yemeníes que llevaran en Arabia Saudí desde antes del 9 de abril sería recomendable que renovaran su permiso de residencia para seis meses para poder vivir y trabajar legalmente en Arabia Saudí. Las deportaciones a otros países se siguen produciendo. Arabia Saudí no debería reanudar las expulsiones de yemeníes ni de ciudadanos de otros países hasta que lleve a cabo las deportaciones de manera que respete los Derechos Humanos, tal y como ha expresado HRW.
CAMPAÑA DE DETENCIONES
El 4 de noviembre de 2013, el primer día del año nuevo islámico, la policía y las autoridades saudíes comenzaron la campaña a nivel nacional para localizar, detener y deportar a los trabajadores inmigrantes ilegales, Siguiendo una ley de abril de 2013 que permite a la policía saudí detener y deportar a cualquiera que no trabaje como empleado legal.
La campaña ha supuesto redadas en barrios enteros, así como en negocios y controles de identidad en plena calle. Solo en los dos primeros días fueron detenidas un total de 20.0000 personas y desde entonces, se ha continuado por fases. En abril de 2014, el Ministerio del Interior confirmó oficialmente que habían deportado unas 427.000 personas durante los seis meses previos. El 14 de diciembre de 2014, el periódico saudí 'Arab News' informaba de que habían sido detenidos 108.345 trabajadores inmigrantes por todo el país y que se había deportado a 90.450 de ellos en los últimos 40 días.
Arabia Saudí anunció una nueva oleada de detenciones y deportaciones de extranjeros ilegales para el primer trimestre de 2015 e informó el pasado 23 de marzo de que expulsó a un total de 300.000 personas durante los cinco meses anteriores, cerca de 2.000 personas por día.
La mayoría de los inmigrantes entrevistados por HRW en el norte de Yemen y en Mogadiscio han explicado que lograron entrar a Arabia Saudí sin ningún permiso cruzando la frontera desde Yemen. Sin embargo, otros perdieron la documentación que les permitía trabajar legalmente al querer cambiar de trabajo, ya que el empresario retiene sus papeles conforme a la legislación saudí, lo que fomenta la explotación laboral, siempre según HRW.
MALESTAR SOCIAL
La campaña provocó protestas en zonas urbanas habitadas por inmigrantes, dando lugar a ataques violentos hacia inmigrantes por parte de policías y civiles saudíes, especialmente en noviembre de 2013. Los ataques más violentos sucedieron en la tarde del 9 de noviembre en el barrio de Manfuha, en el sur de Riad, donde la mayoría de habitantes proceden de Etiopía. Los residentes de Manfuha informaron a HRW de que murieron al menos tres trabajadores etíopes.
Los inmigrantes han afirmado que tuvieron una alimentación y atención sanitaria inadecuada durante la detención y muchos aseguran que los policías les agredieron. "Cuando comenzó la deportación de personas yo estaba trabajando como jornalero en Yida", ha sostenido un deportado yemení. "Tenía miedo a la campaña de deportación y de que me hicieran regresar a mi país. Me metieron en la prisión de Buraiman durante 15 días. A veces traían comida, pero era escasa y la gente se peleaba por ella. No había cuidados médicos. A veces nos pegaban con cinturones", ha explicado uno de los entrevistados.
HRW DENUNCIA LA SITUACIÓN
Arabia Saudí debería frenar inmediatamente las expulsiones en masa y asegurar que cualquier deportación futura sea antes evaluada individualmente dependiendo de las circunstancias de la persona, recalca HRW. Arabia Saudí debería también modificar sus normas laborales para prevenir que cientos de trabajadores sean ilegales y, lo más importante, dejar que los trabajadores cambien de trabajo si son sometidos a abusos. El Gobierno del país debería también abolir el visado de salida por el que los trabajadores necesitan el permiso del empresario para abandonar el país.
El Gobierno saudí debería firmar y ratificar la Convención de Refugiados, promulgar una ley para refugiados acorde con los criterios internacionales y establecer unos procedimientos de asilo justos para extranjeros en riesgo de ser perseguidos en sus países de origen, reivindica HRW.
El Gobierno saudí tiene la autoridad legítima para deportar a inmigrantes sin papeles, señala la organización, pero tiene que cumplir las leyes internacionales, que exigen un tratamiento digno para los inmigrantes y no expulsar a ninguno que esté en peligro de sufrir abusos en su país. Según HRW, Arabia Saudí debería dar a los inmigrantes perseguidos la oportunidad de solicitar asilo y debería considerar cualquier otra protección necesaria para ellos.