MADRID 10 Oct. (EUROPA PRESS) -
Un informe de Human Rights Watch (HRW) revela que cientos de mujeres afganas sufrieron acoso, agresiones y abusos sexuales dentro de la Policía Nacional afgana antes de la llegada al poder de los talibán en Afganistán y denuncia la impunidad generalizada, así como la falta de rendición de cuentas por estos casos.
La ONG --que ha llevado a cabo entrevistas con 24 mujeres en distintos puntos de Afganistán, así como en Estados Unidos, Suecia, Italia, Irán y Pakistán-- ha alertado en un contundente informe de que los abusos se produjeron durante la etapa en la que los países occidentales capacitaron a las fuerzas policiales afganas.
Naciones Unidas inició una investigación en 2012 sobre los abusos sexuales dentro de la Policía Nacional afgana. Un año más tarde, la Misión de Asistencia de la ONU en Afganistán (UNAMA) entregó los resultados a altos funcionarios del gobierno, si bien no se hicieron públicos por temor a represalias en contra de las víctimas.
En el informe aparecían 136 testimonios que determinaron que la violencia sexual dentro de la Policía era "sistemática y frecuente". Un 70 por ciento de las mujeres entrevistadas aseguraron haber sufrido casos de acoso o abuso por parte de sus compañeros varones.
Las anteriores autoridades restaron importancia al informe de la ONU, alegando no haber recibido denuncias al respecto, si bien prometieron reformas para acabar con la corrupción dentro de la institución policial, que tenía reputación de aceptar sobornos y tolerar los abusos de forma habitual.
El Departamento de Género del Ministerio del Interior era el responsable de investigar estos casos. Muchos exagentes resaltan, no obstante, que esta sección de la cartera ministerial era más bien simbólica, puesto que no se tomaban en serio las denuncias.
Pese a las promesas de reforma, el inspector General Especial para la Reconstrucción de Afganistán, John F. Sopko, detalló en 2019 que las mujeres tanto en el Ejército Nacional Afgano como en la Policía Nacional sufren "con frecuencia" acoso, discriminación, conductas sexuales inapropiadas y agresiones, por lo que estos casos persisten.
TESTIMONIOS DE ACOSO, ABUSO Y VIOLACIONES
La ONG asegura que la mayoría de las mujeres reclutadas por la Policía afgana antes de la toma talibán contaban con pocos recursos económicos, por lo que eran particularmente vulnerables al abuso, y eran percibidas como sexualmente promiscuas en las comunidades conservadoras debido a su trabajo.
"Todo parecía estar bien si se miraba desde afuera, pero para quienes trabajaron dentro fue diferente. He sido testigo de cómo guardaespaldas acosaban a mujeres, las paraban e incluso las tocaban", señala una expolicía de la ciudad de Jost a HRW.
Entre los casos que se denuncian se encuentran peticiones de favores sexuales por parte de sus superiores a cambio de ascensos o de evitar la pérdida de su puesto laboral; acoso sexual en el entorno laboral e incluso violaciones sexuales.
"Nunca me ascendieron porque no acepté sus ofertas para tener relaciones sexuales. Querían que tuviera sexo con ellos y me quedara a pasar la noche. Decían que si tenía una buena familia qué estaba haciendo allí. Intenté quejarme pero no pasó nada", asegura una agente que estuvo en la Policía afgana durante 16 años.
Otra mujer que fue jefa de reclutamiento asegura a HRW que de las 35 mujeres que trabajaban bajo sus órdenes todas ellas habían sido acosadas a cambio de ascensos. En una ocasión, se disfrazó con un burqa y se hizo pasar por visitante para observar el comportamiento de sus compañeros varones con sus plantilla femenina.
"Había alrededor de ocho o nueve hombres trabajando con ella en esa estación. Cada uno de ellos venía y decía: 'Estás muy guapa hoy. Te has maquillado muy bien. ¿Vas a algún lado? ¿Tienes suficiente dinero? ¿Quieres un poco?' Cada cinco minutos, uno de ellos venía y la acosaba", explica ella.
Otra expolicía que investigó denuncias de mujeres que habían sido agredidas relata el caso de un policía que intentó violar a una de sus compañeras en la sala de oraciones. Tras un intento de soborno, fue despedido del cargo y procesado, si bien la víctima retiró la denuncia. "Le pregunté si había sido amenazada, pero dijo que no quería que su caso se hiciera público y la avergonzara", afirma.
LA LLEGADA DE LOS TALIBÁN AL PODER
Tras la toma relámpago de Kabul en agosto de 2021, los talibán llevaron a cabo una limpieza en las instituciones de aquellos funcionarios que trabajaron para el anterior gobierno, con asesinatos extrajudiciales y desapariciones.
"Unos tres meses después de la toma recibí una llamada de los talibán diciéndome que volviera al trabajo. Les di un nombre falso, pero me acusaron de mentir y me dijeron que debía presentarme a cualquier precio. Me asusté y corté la llamada telefónica", asegura una de las mujeres a la ONG.
Además de daños a su salud mental debido a los abusos en su trabajo y a las posteriores amenazas por parte de los talibán, muchas expolicías han relatado que han enfrentado numerosos obstáculos para presentar solicitudes de reasentamiento y asilo.
Otra expolicía afirma que tiene miedo de solicitar un nuevo pasaporte para intentar huir del país debido a que las huellas dactilares pueden revelar su paradero. "Me preocupa que si consigo un nuevo documento, los talibán me puedan encontrar", indica.
La investigadora de HRW, Fereshta Abbasi, ha señalado que las mujeres policías han sido "doblemente traicionadas": "Primero por el antiguo gobierno afgano, que permitió que continuaran sin control los graves abusos sexuales contra ellas, y luego por los países que ignoraron esos abusos y no han estado dispuestos a reasentar o conceder asilo a las mujeres que buscan protección".
La ONG en su informe también presenta una serie de recomendaciones para los países que apoyaron programas para capacitar y contratar mujeres en la Policía afgana, como Estados Unidos, Canadá, Alemania, Japón y miembros de la Unión Europea.
Entre ellas se encuentra que las expolicías que permanecen en Afganistán o en terceros países, incluyendo campos de refugiados, sean identificadas y tengan acceso a reasentamiento, al estatus de refugiado y otras vías de reubicación.