MADRID 3 Nov. (EUROPA PRESS) -
Human Rights Watch (HRW) ha denunciado este jueves que las autoridades kurdas en Kirkuk han estado expulsando a residentes y desplazados internos árabes desde que el grupo terrorista Estado Islámico atacó la ciudad el 21 de octubre.
En un comunicado, la ONG ha dicho que no tiene constancia de ningún desplazamiento similar que afecte a los residentes kurdos de esta ciudad del norte de Irak. "Dado que los árabes parecen ser las únicas víctimas de estas expulsiones y demoliciones y las autoridades no han dado ninguna explicación sobre por qué están actuando contra ellos. Las acciones de las autoridades del Kurdistán iraquí parecen ser discriminatorias", ha afirmado HRW.
"Mientras las fuerzas de seguridad del Kurdistán iraquí están trabajando para proteger a los civiles de Estado Islámico, deberían garantizar que sus medidas de seguridad no ponen en peligro a los civiles o socavan sus derechos", ha explicado la subdirectora para Oriente Próximo de HRW, Lama Fakih.
"Obligar a familias a abandonar sus casas y salir a la calle o a zonas inseguras del país es una grave violación de sus derechos y no contribuye nada a fortalecer la cohesión política", ha afirmado la responsable de la ONG.
El 17 de octubre, las fuerzas iraquíes, con el apoyo de la coalición internacional, iniciaron la ofensiva para arrebatar Mosul a Estado Islámico. Las fuerzas contrarias al grupo terrorista rodearon la ciudad de Hawija, situada a unos 120 kilómetros al sureste de Mosul, y comenzaron las operaciones para tomar esta urbe. En respuesta, Estado Islámico lanzó varios ataques coordinados contra comisarías y edificios oficiales en Kirkuk y acabó con la vida de cerca de 100 agentes de las fuerzas de seguridad y civiles. Las fuerzas de seguridad kurdas tardaron 24 horas en neutralizar los ataques de Estado Islámico.
HRW ha recordado que el 23 de octubre el Comité de Seguridad del Gobierno regional de Kirkuk emitió una orden para que todos los desplazados internos que no estuvieran en campamentos se fueran de sus hogares a la mañana siguiente. La orden, que fue publicada en Internet, especificaba que los desplazados que quisieran seguir en Kirkuk tenían que trasladarse hasta los campamentos y que los que no cumplieran serían desalojados de sus casas, que, además, serían demolidas. "El comunicado fue retirado horas después pero las autoridades parecen haber llevado a cabo la orden", ha señalado la ONG.
Trabajadores de Derechos Humanos en Kirkuk han contado a HRW que las autoridades kurdas obligaron a 250 familias a abandonar sus hogares el 23 de octubre y a otras 75 un día después. "Destruyeron al menos 100 viviendas en ese periodo, según los activistas", ha afirmado HRW.
La organización de defensa de los Derechos Humanos ha hecho hincapié en que ningún alto cargo del Kurdistán ha explicado públicamente las razones para justificar el desplazamiento de los árabes ni la demolición de sus casas.
Por último, ha subrayado que las autoridades del Kurdistán deberían comprometerse a detener "de inmediato" los desplazamientos forzosos y las demoliciones, unas prácticas que "violan el derecho internacional", y a permitir a las familias el regreso y compensarlas proporcionándoles viviendas alternativas.
"Expulsar a familias árabes de sus casas con un aviso de un día de antelación y tirarles las viviendas es un camino totalmente equivocado para combatir los riesgos de seguridad que representa Estado Islámico", ha advertido Fakih.