MADRID, 23 Nov. (EUROPA PRESS) -
Turquía ha cerrado todas sus fronteras a los refugiados sirios, que se han visto obligados a retroceder de nuevo a su país, según ha denunciado este lunes Human Rights Watch, que ha reclamado al Gobierno turco que mantenga abiertas las puertas a los que huyen de la guerra en Siria.
De acuerdo con el testimonio de varios refugiados sirios, los guardias de las fronteras les interceptan cerca de la frontera, y en ciertas ocasiones, les golpean, les empujan, e incluso les detienen y les envían de nuevo a Siria.
Turquía cerró los dos últimos puntos oficiales de paso de la frontera en marzo, permitiendo únicamente el paso a aquellos con necesidades médicas urgentes. Sin embargo, ha reforzado la vigilancia en los puntos no oficiales desde el ataque del 20 de julio en la ciudad fronteriza de Suruc.
"El cierre de las fronteras turcas está forzando a mujeres embarazadas, niños, ancianos, enfermos y heridos a soportar los abusos de los guardias turcos para escapar de los horrores de la guerra de Siria", ha declarado el principal investigador para los refugiados de HRW, Gerry Simpson.
"Turquía ha acogido a los sirios muy generosamente y tiene derecho a cerrar sus fronteras por motivos de seguridad, pero no puede obligar a los refugiados a volver a una zona de guerra", ha añadido.
RECURRIR A TRAFICANTES
Con las fronteras de Turquía cerradas, los refugiados se han visto obligados a utilizar traficantes de personas para entrar en el país. Hombres, mujeres y niños asustados intentan cruzar la frontera por la noche a través de caminos difíciles durante horas esquivando disparos, ha denunciado HRW.
A día de hoy, Turquía ha registrado la entrada de 2,2 millones de sirios, de los que 250.000 viven en 25 campos financiados por las autoridades turcas. En septiembre, el Gobierno turco afirmó haber gastado 7.600 millones de dólares (7.150 millones de euros) en asistir a los refugiados desde 2011.
Turquía merece un apoyo económico para poder atender a los refugiados pero está obligada a mantener las fronteras abiertas, ha defendido HRW.
Desde que empezó 2015, alrededor de 420.000 refugiados sirios han abandonado Turquía y se han dirigido a Grecia. Las negociaciones de la Unión Europea con Turquía pretenden frenar el flujo irregular de inmigrantes e incluyen un posible paquete de ayuda de 3.000 millones de dólares (2.800 millones de euros) y el libre movimiento de los turcos por la UE sin necesidad de visado, pero debe asegurarse de que Turquía permita a los sirios refugiarse en el país, ha manifestado Humans Rights Watch.
"Los sirios necesitan protección, no volver a una zona de guerra", ha declarado Simpson. "Turquía, la Unión Europea y Estados Unidos tienen que trabajar codo con codo para asegurarse de que los sirios puedan huir de las amenazas y encontrar la protección que desean", ha añadido.
El Alto Comisionado para los Refugiados de Naciones Unidas ha asegurado tras su última visita a Siria que "todas las zonas del país están envueltas en violencia" y ha rogado que "todos los países se aseguren de que todos aquellos que abandonen Siria, incluidos los refugiados palestinos y otros ciudadanos del país, sean admitidos en sus territorios y se les conceda el grado de refugiados".
TESTIMONIOS DE LOS REFUGIADOS
Durante la segunda quincena del mes de octubre, HRW entrevistó a 51 refugiados sirios en Turquía que han huído de la guerra. Muchos de ellos decidieron abandonar el país cuando se intensificaron los ataques aéreos rusos sobre la ciudad de Alepo e Idlib en septiembre.
Los sirios también han denunciado la pobreza extrema, la falta de electricidad y agua potable, y la limitación de la ayuda y cuidados médicos debido a la escasez de gente cualificada.
Según ha informado HRW, cientos de sirios, miles algunos días, se acumulan en la frontera al sureste de Antioquía hasta que llega la noche para poder cruzar la frontera con ayuda de los traficantes.
Esta zona destaca por sus montañas, lo que hace más difícil a las autoridades turcas parar a los refugiados pero también les dificulta el camino a ellos, llegando a usar los velos de las mujeres para crear cuerdas improvisadas para poder ayudar a las mujeres y los niños a subir las zonas de mayor pendiente.
"La desesperación de las familias sirias que les lleva a soportar todo esto para salvar sus vidas (...) está escrita en sus rostros", ha dicho Simpson. "Turquía no debe exponer a la gente que huye de la guerra a estas dificultades", ha añadido.