La ONG ve "discriminatorio" que se les detenga por el lugar del que proceden y denuncia que se les niega la "protección" que merecen
MADRID, 27 Oct. (EUROPA PRESS) -
Human Rights Watch (HRW) ha denunciado este jueves en un nuevo informe que las fuerzas de seguridad pertenecientes al Gobierno Regional de Kurdistán iraquí están arrestando de forma ilegítima a cientos de hombres y niños que huyen de las ciudades iraquíes de Mosul y Hawiya, lo que supone una grave violación de sus Derechos Humanos.
De acuerdo con los investigadores de la ONG, todos aquellos hombres a partir de 15 años que llegan al centro de desplazados de Debaga, procedentes de zonas controladas por el Estado islámico, son detenidos por las fuerzas de seguridad kurdas durante periodos indefinidos de tiempo.
Las autoridades kurdas alegan que los arrestos tienen como objetivo someter a estas personas a varios controles de seguridad, con el fin de determinar si son o no milicianos yihadistas. Los hombres, que en ocasiones son menores, son retenidos en un centro de detención a las afueras del campo de refugiados de Debaga en muy malas condiciones.
HRW ha denunciado que estos hombres ya son sometidos a un primer examen de seguridad una vez entran en el campo y que las fuerzas de seguridad kurdas no tienen autoridad alguna para detener a estas personas, que son arrestadas incluso sin ser sospechosas de haber cometido ningún crimen. En muchas ocasiones son retenidos durante semanas y no se les permite tener acceso a ningún tipo de asistencia legal.
"Al detener de forma categórica a todos aquellos hombres y jóvenes a partir de 15 años que huyen del territorio controlado por el Estado Islámico y tratarles como supuestos terroristas, el KGR está ignorando los derechos básicos de miles de personas", ha dicho Lama Fakih, directora de HRW en Oriente Próximo.
Human Rights Watch ha entrevistado a ocho hombres y cinco mujeres iraquíes que lograron huir del territorio controlado por los yihadistas y que ahora residen en el campo de Debaga. De acuerdo con sus testimonios, antes de llegar al campo fueron sometidos a un control de seguridad inicial, en el que ya algunos hombres fueron detenidos. Después, una vez llegaron al campo, las mujeres fueron testigos de cómo todos lo hombres, sin distinción alguna, fueron arrestados por las fuerzas kurdas y separados de sus familias durante semanas.
El pasado 17 de octubre, el Gobierno iraquí y las autoridades del Gobierno Regional del Kurdistán, con el apoyo aéreo de una coalición militar internacional, anunciaron el lanzamiento de una nueva ofensiva militar para recuperar la ciudad de Mosul de las manos del Estado Islámico. La coalición contra la organización yihadista también ha conseguido rodear la localidad de Hawiya, ocupada por los milicianos y que se encuentra a 120 kilómetros al sureste de Mosul.
MÁS DE 10.500 DESPLAZADOS
Antes de que comenzaran los combates, se estima que en Mosul había alrededor de un millón y medio de personas. En Hawiya habitaban cerca de 120.000 personas. Se estima que más de 10.500 personas han tenido que abandonar sus hogares en el norte de Irak desde el inicio de la ofensiva, de acuerdo con datos de Naciones Unidas. Desde que el Estado Islámico lanzó su ofensiva en Irak en 2014, más de 3,2 millones de personas han tenido que abandonar sus hogares en todo el país.
De acuerdo con el doctor Dindar Zebari, presidente del Alto Comité de Evaluación y Respuesta para Informes Internacionales del Gobierno Regional del Kurdistán, los individuos son sometidos a controles de seguridad en los que sus documentos de identidad son analizados en función de la información que han recibido de las agencias de Inteligencia.
No obstante, Zebari ha reconocido que aquellos hombres que llegan desde territorios controlados por el Estado Islámico vuelven a ser detenidos para otro examen de seguridad una vez llegan al campo, una medida que ha vuelto a justificar alegando que lo hacen en función de "la información que nos proporcionan las agencias de inteligencia, las agencias de seguridad nacional y las agencias de seguridad locales en la zona".
HRW ha denunciado que la única base legal válida que permite que una persona sea arrestada es cuando dicha persona es sospechosa de haber cometido un crimen, no por suponer una amenaza potencial basada en su lugar de procedencia.
"Entendemos perfectamente la necesidad práctica de los controles de seguridad, pero detener a todos los hombres y jóvenes a partir de 15 años simplemente porque vienen de donde vienen es completamente discriminatorio y se les está negando a estas personas la protección que deberían recibir", ha señalado Fakih.