MADRID, 2 Feb. (EUROPA PRESS) -
La ONG Human Rights Watch (HRW) ha denunciado este jueves a Israel después de que haya demolido las casas de los familiares de los sospechosos de cometer el pasado viernes un ataque contra la sinagoga de Neve Yaakov, asegurando que es un castigo equivalente a un crimen de guerra.
Según ha esgrimido en un comunicado la organización, las autoridades israelíes han demolido las viviendas de los familiares de dos sospechosos de ataques contra israelíes en la sinagoga ubicada en Jerusalén Este, afirmando que "son delitos reprensibles".
"Así como ningún agravio puede justificar el ataque intencional a civiles en Neve Yaakov, tales ataques no pueden justificar que las autoridades israelíes castiguen intencionalmente a las familias de los sospechosos palestinos demoliendo sus casas y arrojándolos a la calle", ha aseverado el director para Israel y Palestina de HRW, Omar Shakir.
Uno de los presuntos asaltantes palestinos, Khayri Alqam, abrió fuego en el asentamiento israelí de Neve Yaakov matando a siete civiles, incluido un niño, e hiriendo a otras tres personas, antes de que las fuerzas de seguridad israelíes le dispararan fatalmente.
Asimismo, un joven palestino de 13 fue identificado como el autor de otro ataque a tiros que dejó dos heridos graves, también en la misma zona.
Los ataques se produjeron un día después de que las fuerzas israelíes mataran a 10 palestinos, incluidos dos menores de edad y una mujer de 61 años, hiriendo al menos a 20, durante una redada en el campo de refugiados de Yenín. A lo largo del mes de enero, las fuerzas israelíes han matado a 35 palestinos, incluidos 8 menores de edad, según el Ministerio de Salud de Cisjordania.
La redada del 26 de enero en el campo de refugiados de Yenín fue el único incidente de ese mes con una gran cantidad de muertes. Entonces, las autoridades israelíes dijeron que sus fuerzas entraron en Yenín para detener a miembros de grupos palestinos armados que, según afirmaban, habían llevado a cabo ataques contra israelíes.
Con todo, HRW ha asegurado que los ataques deliberados contra civiles son delitos reprensibles y que castigos colectivos como las demoliciones de viviendas o amplias restricciones circulación se encuentran entre las políticas en las que se han basado las autoridades israelíes para "oprimir sistemáticamente a los palestinos".
"Human Rights Watch ha constatado que la opresión sistemática de las autoridades israelíes, junto con los actos inhumanos que han cometido contra los palestinos como parte de una política para mantener la dominación de los judíos israelíes sobre los palestinos, constituyen crímenes contra la humanidad de apartheid y persecución", ha concluido la organización en su misiva.